Capítulo1: Últimamente, es Últimamente.

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Últimamente ha estado pensando mucho sobre cosas que posiblemente no son tan relevantes, sin embargo, ahí está como todas las noches despierto en la madrugada escuchando a las voces que tan activas hablan y le quitan el sueño como sí hubiera bebido demasiados cafés antes de dormir y no un vaso de leche.

Es que las cosas están raras o al menos en su comportamiento. Eso es algo bueno, según sus amigos. Menos descontrol de su ira, menos perfeccionista, menos estresado, menos exigente. Menos de muchos menos, no obstante, más relajado y tranquilo. Con más ganas de vivir la vida y comer chucherías.

Robin sabe de quién es la culpa de su cambio de actitud. Tiene un nombre, cabello pelirrojo y le encanta correr por todos lados. Es rápido, divertido y en la mayoría del tiempo estúpido. Y desde hace más de medio año solo se la pasa en su torre día y noche como si él no tuviera la suya.

Al inicio había estado molesto con él porque solo se la pasaba ahí echado en el gran sofá de la sala como holgazán, haciendo que su equipo imiten su comportamiento, lo que significaba más trabajo para él ¡Y vamos! Para un ser que calcula que todo sea perfecto es un estrés brutal.

Quiere mucho a sus amigos pero de vez en cuando ellos se ganaban los golpes ¡Y eso nadie se lo va ha negar!

Pero luego al pasar el tiempo, ya se le hacía costumbre y hasta habían días que le extrañaba un montón no verlo pasearse por los pasillos de la torre o acabándose toda la comida del refrigerador en las tardes.

Desde entonces obligatoriamente convivían más ¡Eran enemigos! Y Robin cuánto odiaba pasar tiempo con ese sujeto. Lo detestaba con todo su ser y lo aborrecía con todo el alma.

Mentira.

Si le gusta a compartir parte de su tiempo con aquel pelirrojo que ha puesto su vida de cabeza. Con las charlas sin sentido luego de un entrenamiento dónde solo están ellos y las salidas dónde se hacía el obligado. Dónde fingía que no le encantaba estar ahí, con él. Que no le alborota el mundo y que mucho menos le revuelve los pensamientos como licuadora.

Una sonrisa se extienden en su cara y siente la emoción recorrer su cuerpo al pensar en él.

Es que así era últimamente. Solo bastaba decir su nombre y su estado de ánimo cambiaba.

Y Robin se dió cuenta que, por culpa de Chico Flash, habían muchos últimamentes en su vida.

Heather.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora