Capítulo 3: Ella te Hipnotiza.

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Capítulo 3: Ella te Hipnotiza.

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Sudor se resbala por su cuerpo y la respiración de ambos es entrecortada. Su pecho sube y baja en busca de aire y la sonrisa que se asoma en su rostro es grande.

Está cansado, sí, pero eso no quita que sea ese tipo de cansancio que te hace sentir genial que, aunque no tienes ni una pizca de fuerza, te podrías levantar para intentarlo otra vez.

Están ahí desde las cuatro de la madrugada. Chico Flash parecía saber su horario de entrenamiento.

Es que al inicio había comenzado a practicar técnicas de combate porque no podía dormir. Entonces golpeando sacos de boxeo le despejaban la mente. Después se convirtió en una rutina que disfrutaba por el silencio.

Pero un día, el velocista lo encontró entrenando y lo retó a una pelea. Claro que Robin aceptó el reto con una condición: sin superpoderes. Chico Flash dijo que aún así podría ganarle. Nunca lo hizo.

Llegaron a quedar empatados pero el pelirrojo nunca lo ha logró vencer sin utilizar su super velocidad, después de todo, fue entrenado por Batman.

Desde entonces Chico Flash es su compañero de entrenamiento por la madrugada.

Y luego de un largo tiempo intercambiando golpes y comentarios, se llegaron las seis de la mañana, quizás aún más tarde. En ese salón no hay ventanas ni un reloj.

Se han vuelto más cercanos desde el instante en que comenzaron su primera pelea no tan amistosa en la madrugada. Dicen que es fácil hablar en esos momentos.

Está acostado boca arriba en el suelo, el pecho le sube y baja y su respiración tarda en volverse normal. Desde el suelo mira para arriba viendo al pelirrojo que luce igual de agotado. Seguramente porque no ha comido y su metabolismo ya se lo está pidiendo.

Aún con todo el sudor encima y el cabello despeinado le parecía atractivo.

Chico Flash le regresa la mirada viendo hacía abajo porque él está sentando con las piernas cruzadas. Robin leyó entre sus ojos que le pedía la revancha y obviamente le diría que sí.

A él siempre sí.

Abrió la boca para decir un «¿Ya te cansaste, viejo?» con tono burlesco pero de su boca nunca salieron las palabras ya que notó como Chico Flash dejaba de ponerle atención para desviar la mirada hacia la puerta.

Los ojos del pelirrojo brillaron y la sonrisa de sus labios era demasiado especial. Las mejillas del velocista se sonrojaron pero nunca quitó la vista de allí. Parecía estar bajo el hechizo de cualquier cosa que estuviera ahí.

Frunció el entrecejo y, acostándose boca abajo en dirección a la puerta, levantó la cabeza y entonces entendió porque parecía estar hipnotizado.

Ahí está Star preguntando si querían que les trajera algo de la tienda, a dónde Chico Flash la acompañó con todo gusto.

Y a Robin lo dejó, sin saber, con el corazón un poquito roto.

Heather.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora