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Otro día empezaba, Yeonjun salía a hurtadillas de la habitación en la que su vecina le ofreció quedarse para escapar del ambiente dañino de su casa, eran las 5 y media de la mañana, el sol recién empezaba a aparecer en el horizonte, Yeonjun iba caminando por las solitarias calles aún en pijama de ositos (que extrañamente le cogió cariño después del día anterior, los osos le recordaban a Beomgyu) suspiro, se estaba congelando con la fría brisa mañanera, camino hasta un parque cercano para ver mejor el amanecer, estuvo sentado en un banco aproximadamente media hora hasta que escuchó como gritaban su nombre, pero en un tono que le hizo estremecer y al darse la vuelta para confirmar que era quien pensaba solo salió corriendo lo más rápido que pudo

YEONJUN- gritaba una persona a sus espaldas mientras el corría con el corazón acelerado, se negaba a hablarle, todo lo que escucho sobre esa persona, esa persona que le abandono a la corta edad de 6 años, recordaba ese día mejor que las tablas de multiplicar, le daba miedo, su madre le contó cosas terribles de aquella persona que se hacía llamar su padre...

NO! DÉJAME, NUNCA ME QUISISTE- Grito Yeonjun antes de cerrar la puerta de la casa en la que ahora se alojaba, se sentó en el suelo frente a la puerta, tapándose los odios y llorando para no escuchar las palabras de aquel hombre detrás de la puerta, hombre que le dejo a cargo de una madre abusiva que le pegaba por cualquier cosa, hombre que había formado una nueva familia y ni siquiera le mandaba mensajes, cartas o si quiera le llamaba por teléfono, se madre le repetía continuamente que él le odiaba, que no quería saber nada sobre Yeonjun, obviamente decirle eso a un niñito de 6 años fue traumante para él y da igual lo que dijeran, para Yeonjun esas palabras siempre sería la cruda realidad...

Beomgyu seguía dormido, pero no creo que eso sea bueno, estaba teniendo pesadillas, pesadillas en las que aquel hermoso chico que conoció el día anterior llamado Choi Yeonjun huía de él, pesadillas en las que Yeonjun le rechazaba de la peor forma posible que se le ocurra a cualquier persona, pesadillas en las que Yeonjun se iba con otro hombre, pesadillas en las que Yeonjun odiaba a Beomgyu o le parecía repugnante, pesadillas en las que Yeonjun se burlaba de Beomgyu haciendo las típicas bromas molestas que le hacían en clase por su sexualidad, esas de "eres pansexual porque te gustan los panes" y cosas por el estilo, pesadillas en las que Yeonjun terminaba con lo que había empezado antes de conocerse...
Wow ¿Tan fuerte había caído por el? Literalmente le había conocido el día anterior ¿Como es que se había enamorado tan profundamente de él?! Dios... ¿Esto siquiera era sano?¿Como podía despertar por fin de esto?! Quería despertar, no quería ver a Yeonjun así, estaba más que seguro que el mayor no era una persona así, aunque bueno, como dije anteriormente no le conocía desde hace mucho... Pero se negaba a pensar que se había enamorado de una mala persona, no otra vez, el amor le trataba fatal, pero ¿Tanto? ¿Tanto como para volver a enamorarse perdidamente de alguien que terminara utilizándole, ridiculizandole, inventando rumores sobre el, abusando psicológicamente de él y gracias a Dios que no consiguió abusar física o sexualmente de él y que de un día para otro le bloqueó, desapareció y no volvió a saber nada sobre esa persona? Tan mala suerte no podría tener ¿Cierto? Yeonjun no era así, no podía ser así, la poca estabilidad mental y emocional que Beomgyu había recuperado no podían desmoronarse así...

Por favor Yeonjun no termines siendo así, por favor, no seas así, no...no puedes ser así...no pareces ser así...

No lo es, no lo es, no lo es...

NO LO ES- Beomgyu por fin pudo despertar de aquella pesadilla, sintió un terrible dolor en el pecho al gritar eso a todo pulmón, asustó a sus padres quienes corrieron hacia la habitación de Beomgyu quién estaba mirando hacia todos lados con los ojos bien abiertos, con la respiración agitada, sentía que el mundo daba vueltas a su alrededor y como poco a poco sus ojos se iban cerrando y escucho a su madre gritar su nombre y decirle a su padre que llamara a una ambulancia.

Yeonjun se había relajado, estaba tomando un té con la hija pequeña de la vecina, la niña tendría aproximadamente 12 años, ojitos negros azabache y una voz chillona pero dulce, el teléfono de Yeonjun sonó desde el piso de arriba, donde se encontraba la habitación en la que dormía, subió sin mucha prisa, supuso que quizás serian los típicos de "cambiate a Movistar" ya que realmente nadie le llamaba, vio un número desconocido, pero un mal presentimiento le incito a responder la llamada.

Su móvil calló al suelo cuando escuchó a la madre de su nuevo amigo diciéndole que Beomgyu estaba en el hospital, no le hizo caso a las demás palabras de la mujer, simplemente se vistió con lo primero que vio y corrió a la parada de autobús, donde espero 5 minutos que le parecieron horas y ya el viaje se le hizo eterno aunque sólo fuera como máximo 20 minutos, corrió a recepción y pregunto por Choi Beomgyu, le dijeron en que habitación se encontraba y corrió por los pasillos como si volviera a aser perseguido, definitivamente este hombre debería ser atleta.

Frente a la puerta vio a la madre de Beomgyu siendo abrazada por el padre de este, se hacerco mientras intentaba regular su respiración y los adultos le explicaron la situación, como su hijo había gritado de la nada y segundos después había perdido el conocimiento, Yeonjun estaba igual o más nervioso que los progenitores de Beomgyu, quería saber cómo estaba, por fin después de un tiempo había conocido a alguien que se preocupara por él...