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El sonido de los autos,junto a una luz que dio en sus ojos, los cegó.

Lo último que pudieron escuchar fue el chirrido que emitieron las llantas del vehículo que fue forzado para poder evitar chocar con aquel auto que apareció enfrente de ellos, sus ojos se cerraron notando como última instancia el barranco en el que cayeron.

Golpe tras golpe fueron recibiendo sus cuerpos por el impacto del vehículo al caer aquel barranco, el auto hecho pezados que quedó dado la vuelta mientras la pareja que hacía allá dentro estaba agonizando, el aún consciente México, llevó su mano a la de su esposo, sus manos se encontraron.

Ambos no querían irse, aún no querían dejar que su vida se fuera. Eran muy jóvenes, querían vivir.

Pero el destino es cruel y aunque no quieras irte, la muerte te lleva, ya no vale de nada rogar o rezar. Ambos amantes aferraron sus manos mientras sus últimos momentos, fueron el uno con el otro.

Si se iban juntos, en la otra vida debían estarlo.

—Te amo—

Las ultimas palabras que quizás solo fueron un aullido que se fue con el viento, la última prueba de que quizás su amor fue siempre sincero hasta el último momento.

Y con todo eso, la sangre en los cuerpos cayó haciendo grandes charcos y el sonido de aquella explosión del auto fue lo último que quedó de ellos.

[]

El amanecer ya empezaba, un hermoso día soleado y perfecto para disfrutar.

Pero ¿como hacerlo si tu hermano menor murió?

Colombia lloraba desconsoladamente mientras era agarrada por Venezuela gritaba con todas sus fuerzas mientras aquellos oficiales y Onu se alejaban.

El cuerpo de su hermano fue localizado en la madrugada gracias que informaron del accidente, los cuerpos encontrados estaban quemados pero por suerte aún podían ser reconocibles por el ADN.

—¡TÚ LOS MATASTE!— volvió a gritar la colombiana mientras pataleaba y lloraba desesperadamente, pues ¿como dieron tan pronto con la ubicación de su hermano? ¿Cómo sabían que aquel auto era de México? ¿Cómo sabían exactamente qué pasó en el lugar?

Onu se detuvo para voltear a ver a la chica—Tú padre nunca quizo que el se involucrará con México, agradece que son Countrys y volverán a estar vivos en dos meses, la última voluntad de tu padre, permiso— se retiro.

Todos los presentes se quedaron fríos, el mismo Gran Colombia dejó que mataran a su hijo para que no esté al lado de alguien que no quería.

Los llantos fueron más fuertes por parte de la colombiana seguida de la panameña y el venezolano.

Ahora todo acabó, sus memorias iban a estar rotas.

Aquel sabor amargo de culpa que llevaba la colombiana la iba a perseguir.

[]

—Haz hecho mal, Gran Colombia— la voz profunda y melancólica miraba a la tumba con desprecio—No volveré a visitarte y tus hijos tampoco, espero que Ecuador te perdone allá arriba— se levantó y se fue.

Todo acabó.

¿Su final fue triste o feliz?

Quién sabe.

—Kiminari_Mushuro—

Este es el final, espero les guste.
Al fin tuve un momento para escribir y publicar.

Cuídense

Nos vemos.

Dance with loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora