🌟20🌟

39 5 0
                                    

Una vez Dylan estuvo frente a la casa de los Sangster nuevamente se sintió nervioso. No sabía que tan bien o mal estaban las cosas en esa casa, y no quería empeorar la situación de su amado con su familia.

Tomó aire, tocando lo suficientemente fuerte como para que se oyeran pasos venir, siendo los ojos rojos de Thomas lo primero que vio; sin poder evitarlo lo abrazó, sintiendo como su lindo rubio se aferraba a él.

— ¿Qué tanto te han dicho?

— Mas bien que no me ha dicho mi madre. Está enojada, mucho, pero tengo esperanza de que las cosas se calmen.

Se separaron, haciendo que el morocho acomodara el cabello de su novio. Se dedicaron una sonrisa, entrando a la casa. Dentro, la madre vio con desaprobación sus manos entrelazadas, por lo que se soltaron y se sentaron uno al lado del otro, algo incómodos. Dylan fue el primero en hablar.

— Buenas tardes, lamento la tardanza. Supe que querían hablar conmigo.

— Sí, gracias por venir, Dylan. —Agradeció el hombre sonriendo—. Antes de que comencemos a hablar, ¿quieres algo de beber? —El menor negó—. Entiendo. Tasha, ya hablamos tu y yo, ¿verdad?

La mujer vio molesta a su marido, confirmando lo dicho por el hombre.

— Sí...

— Bien, entonces, dejaremos que ellos hablen, y después nosotros lo haremos, ¿de acuerdo?

— Si no queda de otra...—Murmuró la mujer, viendo hacia la ventana de la sala.

Mark vio a su hijo y su novio, concentrándose en Dylan.

— Bien, Dylan, no tienen 15 años, así que dudo que deba preguntarte tantas cosas. Ambos son adultos e imagino que han establecido las bases de su relación, ¿verdad? —Ambos asintieron—. Entonces será más simple...¿qué fue lo que les hizo...saber que querían ser pareja? —Los señaló con sus manos, haciendo mímica para enfatizar ciertas partes.

— Pues...—Miró a su amado, pensando bien sus palabras—. Creo que ambos tuvimos momentos distintos para darnos cuenta de que queríamos ser pareja. —Rió suave al ver a Thomas sonreír—. Por ejemplo, yo lo supe recién grabábamos la primer película de Maze Runner. —Admitió avergonzado—. Me parecía alguien tan genial y servicial, pero él tenía novia en ese entonces, así que no intenté nada que no fuese ser su amigo.

— ¿Qué te impulsó a decir lo que sentías? —Preguntó serio, mirando con cierta severidad al menor, cosa que apaciguó su alegría.

— Eso...fue el accidente que tuve, cuando recién íbamos a grabar la tercer película...—Murmuró algo decaído—. Por un momento pensé dejar la actuación de forma definitiva, pero el tener a Thomas a mi lado me ayudó a tener el valor necesario para seguir, y fue cuando me dí cuenta de que no debía temer de su reacción al declararme, o que no debía preocuparme por el qué dirán de la sociedad. Con que ambos estuviéramos felices bastaba...y cuando vi que era correspondido pues...—Rió suave, viendo a Thomas—. Creo que ambos sabíamos lo que debíamos hacer.

Mark vio a ambos de forma detenida, no comentando nada al respecto.

— Entiendo...siguiente pregunta, ¿cuáles son tus planes de vida, Dylan?, ¿qué quieres hacer el resto de tu vida?

— Pues...adoro la actuación, no me imagino dedicándome a otra cosa así que, tengo dos planes de vida: uno en Estados Unidos, viviendo cerca de donde haya oportunidad de trabajo, con una casa mediana, con patio, y el suficiente espacio para mascotas y un hijo. El segundo es aquí, en Londres. En ambos incluyo a Thomas, ya que no sé si él decida quedarse o regresar, y sea cual sea su decisión, pienso adaptarme a eso...—Terminó por decir firme, viendo al padre de su novio, inclusive con un tono más serio—. No sé si piensa que por hacer que regrese lo dejaré, pero no es el caso. No tengo veintiuno, ya soy mayor de edad, y mis padres tienen una vida tranquila y sin preocupaciones, así que yo puedo mudarme cuando quiera y hacer mi vida en otro país si así lo quiero. Sería complicado, claro, pero lo haría por Thomas.

El rubio tomó su mano, entrelazándolas. Ambos sabían que se seguirían a donde fueran, pero el confirmarlo delante de su familia le daba confianza.

En cambio, Mark los miraba en silencio, solo analizándolos, al menos hasta que sus manos golpearon sus muslos con suavidad, llamando la atención de todos los presentes.

— Bien...Thomas. —El mencionado le vio con cierto temor, viendo como las facciones de su padre se relajaban, mostrando su cansancio—. Tu...has crecido tanto sin nosotros. Sabes lo que quieres hacer con tu vida, y ahora veo que tu vida ya no está en Londres...—Esa frase le dio algo de esperanza a Thomas, mostrando una pequeña sonrisa—. Yo no tengo nada contra su relación, no me lo esperaba, no lo negaré, pero no por ello estaré en contra y los separaré, no, ustedes ya son mayorcitos como para que un anciano como yo ande detrás de ustedes. —Los tres rieron, relajando un poco el ambiente—. Solo entiende una cosa, Tom, la empresa necesita un presidente, y tu eres el siguiente en la lista con más acciones en la compañía, así que necesito tu ayuda aquí...—El rubio asintió, algo decaído. Tal vez por eso no vio la sonrisa de tu padre—. Claro, en lo que tu y yo buscamos a un digno presidente para la empresa. Después podrías volver a Estados Unidos y, quien sabe, mandarnos una invitación para su boda.

El rubio miró a su padre sorprendido, sonriendo amplio.

— Padre, eso...

— Mark, no puedes hacer eso. Nosotros empezamos esas empresa, ¡no se la vamos a dejar a un accionista cualquiera! —Por fin habló la mujer indignada.

— Tasha, nuestros hijos no quieren la presidencia, bueno fuera que sí, claro, nos ahorraríamos esto, pero prefiero batallar unos meses más y ver a nuestros hijos felices, que verlos vivir nuestra vida solo porque no aceptamos que ellos tienen una mentalidad y deseos distintos. Madura, mujer, que esto no es sobre nosotros o la empresa, sino nuestro hijo.

La mujer vio sorprendida a su marido, notando como sus propios ojos se llenaban de lágrimas. No sabía que decir al respecto. Después, Mark vio a su hijo con una sonrisa.

— Creo que es todo lo que debíamos hablar. No sé si deban hacer algo o tuvieran planes...

— No, no. Yo regreso mañana a medio día a donde el cast para terminar de grabar la película. —Comentó Dylan feliz.

— ¡Oh! Entonces debes descansar, será viaje largo. Tom, ¿por qué no acompañas a tu pareja a su hotel y me dejas hablar con tu madre y tu hermana, eh? Ahorita que regreses te digo qué ocurrió.

— Sí, padre, con gusto.

Mark vio a Dylan, sonriendo.

— Espero y dentro de poco puedas volver y charlar adecuadamente,  Dylan.

— Espero lo mismo, señor Sangster. Nos vemos.

Ambos se pusieron de pie, saliendo hasta pisar el patio de la casa; ahí ya no les importó si alguien los veía, solo se besaron con ímpetu, entusiasmados con la noticia.

— Todo estará bien~. —Canturreó el rubio, suspirando para volver a besar a su amado—. Estoy tan feliz~, solo serán unos meses y estaremos juntos~

— Todo está bien~ —Repitió Dylan feliz, volviendo a besarlo—. Ya todo mejorará, amor, tengamos fe.

Sí, fe era lo que hacía falta, lo más importante ya estaba casi solucionado.

Ambos se tomaron la tarde para estar juntos en el hotel y cenar juntos, dándole la noticia a los chicos y, al día siguiente, Thomas tuvo que despedir  a su amado, prometiéndose que se verían en unos meses.

¡𝚃𝚑𝚘𝚖𝚊𝚜!, ¡𝚍𝚎𝚓𝚊 𝚆𝚊𝚝𝚝𝚙𝚊𝚍 𝚢 𝚆𝚑𝚊𝚝𝚝𝚜𝚊𝚙𝚙!  |Completada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora