43. Pino y Mentol

759 128 14
                                    

SuShe se encontraba aún en un pequeño departamento donde lo había llevado el alfa que lo había sacado del centro de crianza. Habían pasado un par de días desde que lo había visto, aunque le dejó suficientes provisiones para que se alimentara por varias semanas, el omega esperaba con ansias la visita de su captor.

El departamento olía a pino y le encantaba, incluso él había aromatizado aquel lugar combinando ambos aromas como si su intención fuera hacer un nido. Muy en el fondo, soñaba con que Yixing lo conservara. Si bien sus intentos para seducirlo no habían rendido frutos, era sólo cuestión de tiempo para que el alfa cayera, al final era un omega y no había alfa que resistiera por siempre ante los encantos de su especie.

Para SuShe, el que sus aromas fueran tan compatibles, el pino y el mentol, era una clara señal de que sus destinos estaban unidos. Durante esos dos días no intentó escapar o contactar al omega Meng Yao, él no compartía por completo aquellas ideas de liberarse de los alfas aunque con gusto, si tuviera se presentaba la oportunidad, cobraría venganza.

Meng Yao le había prometido muchas cosas, le había pintado un futuro donde los omegas no sólo serían libres, sino se posicionarían en la cima de las castas. La mente de SuShe era simple, no buscaba un futuro tan idílico, él solo quería tener a un alfa a su lado y de no ser por las constantes torturas del celo dentro de los centros de crianza, para él estaría bien el orden con el que estaban las cosas.

Ahora eso ya no le preocupaba mucho. SuShe sólo quería que Yixing regresara a su lado para tener la oportunidad de seguir intentando seducirlo, mantenerse para siempre dentro de ese departamento con un alfa que se hiciera cargo de su persona era algo a lo que podría acostumbrarse.

Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω

A-Yao nunca imaginó que Xiao Zhan cumpliera con su palabra y más aún, se sintió muy complacido por la forma de que el omega dominante había llevado a cabo su plan. Todo estaba saliendo a pedir de boca, lo único que lo inquietaba era que Zhan había sido capturado.

Después de entregar la nota y alejarse un poco, Meng Yao esperó un momento en los alrededores, dentro del vehículo que había robado oculto por la oscuridad de la noche. Creyó que el rey mandaría en su búsqueda de inmediato para recuperar a su segundo hijo.

Cuando se escuchó la noticia de que el omega causante del caos había sido capturado no dudó un segundo en tratar de sacarlo de aquella prisión sabiendo bien a lo que se enfrentaría ahí adentro, no le importó sacrificar al valioso segundo príncipe que Wen Han seguramente había logrado capturar. Su intención inicial era usarlo cuando fuera realmente necesario, Wang Haoxuan era una excelente moneda de cambio, pero no iba a permitir que Xiao Zhan saliera lastimado, más sin embargo se sorprendió que después de unos minutos nada cambiara dentro de aquel lugar, no había alfas buscándolo, el rey no se había comunicado al teléfono que había dejado en la nota y ahora dudaba si en verdad había sido entregado su mensaje.

Cuando el guardia desapareció en el interior de aquellas instalaciones, supuso que este había cumplido con avisar al rey, pero no sucedía nada. Para Meng Yao era impensable que Wang Qiren no quisiera salvar a su segundo hijo y creyendo que tal vez ese oficial no había cumplido con lo que le había pedido se alejó molesto. Tenía que buscar ayuda para lograr liberar a Zhan. Quizá sería necesario enviar algún mensaje más contundente y lograr el trueque a toda costa. Lo importante era liberar al omega dominante lo más pronto posible.

Mientras manejaba, con temor se percató que no era el único en ese camino que llevaba al pueblo de "betas", temor que se transformó en asombro al distinguir que había muchos alfas, betas y omegas con su mismo destino. Miraba familias enteras buscando asilo en aquel pueblo que estaba aceptando a los refugiados.

DOMINANTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora