blended family

six

—¡¿cómo pudiste hacerlo?! —jamie le gritó a harry desde la puerta de su habitación.

tenía puesta una pijama de dinosaurios y obviamente hoy se rehusaba a ir a esa costosa escuela aburrida, en que louis daba clases en primer grado de primaria.

¡ahora tendría que ver a ese omega más veces!

harry puso sus manos en su cara estresado por la situación.

—¡te odio! ¡odio esta casa! ¡y odio mi vida! —gritaba el niño desde su habitación.

riley entraba a la casa con una canasta de muffins.

—wow, ¿qué le sucede a tu hijo? —rió riley.

—es tu hijo también, —harry la vio estresado. —ayer les presente a louis y ya sabes cómo se pone respecto a eso.

riley lo vio sorprendida.

—estoy feliz de que les hayas presentado a louis, —riley dijo feliz. —y no te preocupes, hablaré con él...

riley le sonrió dulce a su mejor amigo.

—come un muffin.

—sabes que odio los muffins.

—necesitas azúcar en tu vida. —riley le dio una mordida al muffin de plátano. —o tal vez louis ya te dará toda el azúcar que quieres. —canturreo riley.

las mejillas de harry se pusieron rojas.

—cállate.

—te aseguro que él ha de ser tan dulce que te dará diabetes. —canturreo la omega y tomó una taza de café.

—¿por qué louis te dará azúcar? —milly entró a la cocina con su uniforme puesto y un cepillo de dientes. —hola, mamá, ¿me puedes peinar?

riley le sonrió a su cachorra y asintió.

harry le sonrió a milly y subió con la esperanza de que su hijo se hubiese calmado.

toco la puerta.

—no entres. —el niño gruñó.

—por favor. —harry dijo serio. —tienes que ser más comprensible.

—¡no! ¡no quiero una nueva mamá! ¡quiero a mami, y que volvamos a ser una familia!

harry negó.

—hablaremos cuando te calmes, jamie...

jamie sollozó en su habitación.

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más tarde en la casa de louis, el omega se encontraba preparándose para su clase de yoga.

—iré a mi clase de yoga. —louis entró a la cocina y tomó un bote de agua.

nate y alexander lo vieron curiosos.

—¿solamente irás a tu clase de yoga? —cuestionó nate.

louis lo vio confundido.

—si. —el omega dijo confundido.

tenía puestos unos leggins negros, sus tenis y una blusa para hacer ejercicio, claramente iría a su clase de yoga.

—¿no irás a ver a ese alfa?

louis vio serio a nate.

—se llama harry. —el omega dijo serio y nate rodó los ojos.

—no me interesa.

louis vio triste a nate y se acercó a él, lo abrazó.

su cachorro lo abrazó de vuelta, lo rodeó con los brazos, como si nate quisiera proteger a su madre de cualquier cosa de este mundo.

—si lo conocieras te agradaría.

—no lo creo.

louis vio a su hijo.

—¿podrías hacerlo por mi?

nate negó.

—¿por favor? —su madre sonrió y el cachorro sintió como su alfa le pedía no romper más el corazón de su madre.

su madre era su mejor amigo, nunca lo haría sufrir o tener que rogar por algo.

—esta bien.

louis sonrió feliz y acarició su cabello maternalmente.

—eres el mejor, cachorro. —louis dejó un beso en su frente y salió de la cocina.

nate quitó su sonrisa.

alexander entró a la cocina y tomó una manzana, todas las demás manzanas del frutero se cayeron al quitar la del fondo.

—¡perdón! —alexander repetía una y otra vez esa palabra y nate suspiró al no poder ayudar a su hermano a que dejara de ser tan nervioso.

—calma, alex. —nate se acercó y tomó las manzanas. —no explotó el mundo, hermano, todo esta bien. —lo reconforto.

alexander sonrió un poco y se sentó junto a nate.

—¿qué opinas de ese alfa que nos presentó ayer mamá? —nate preguntó.

—n-no se... ¿tú qué opinas?

—no me agrada, pero ¿qué podemos hacer? parece que a mamá le gusta.

—si a mamá le gusta, entonces debe ser un buen alfa. —alex afirmó.

—¿aún así confías en él?

—n-no exactamente... —el pequeño alfa de ojos azules y cabello rubio negó. —tal vez él sea diferente, tal vez él sea lo que mamá quiere.

nate suspiró.

—eso espero, aún así créeme que él lo tendrá muy difícil para que lo apruebe.

alexander vio serio a su hermano.

—¿qué planeas hacer?

—aún no tengo idea, estoy esperando al momento perfecto.

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