En la época medieval, había un Reino majestuoso.. con muchos habitantes.
Primero estaba la familia Real, los Caine Delko: Horatio Caine, el Rey de aquellas tierras. Marisol Delko Caine, la Reina. Kyle Caine Delko, el Príncipe (el hermano mayor). Bar...
Había pasado un mes, era un día tranquilo en el reino de Miami.
Barbie y Alex caminaban por los pasillos del castillo, hasta que llegaron a la parte principal donde estaba Horatio, Marisol y Tanaka.
Horatio: ¿Visita?
Barbie: Hola, ¿pasa algo?
Marisol: Bueno, parece que un primo tuyo vendrá a Miami dentro de unos días.
Tanaka: El Principe Max, del Reino de Jacksonville.
Barbie: Eso queda más adelante de Orlando.
Horatio: Así es.
Barbie: ¿Y no sabes exactamente cuánto tiempo?
Tanaka: Calculo que en 3 días.
Barbie: ... Está bien.
Barbie y Alex salen de ahí. Pero este notó que la pequeña cambió su expresión a una muy familiar.. preocupada por un mal presentimiento.
Alex: ¿Todo bien?
Barbie: Sinceramente... No lo sé... Me acaba de dar esa sensación de que... Tengo un mal presentimiento... Es como si algo estuviera por pasar... *Lo mira* Y.. eso me preocupa...
Alex: Tranquila, todo estará bien.
Barbie: Está bien...
Dejan el castillo y van al bosque. Mientras caminaban, Alex la miraba unas veces para ver si solo era algo pasajero, pero no. Aún tenía esa mirada.. hasta que después de caminar por un gran rato... Aquella mirada de Barbie cambió a una de asombroso y miró el origen.
Había un hermoso campo con muchísimos dientes de león, toda aquella zona despejada de pinos y el cielo despejado.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Barbie: Son muchos dientes de león! *Con un brillo en sus ojos* Jamás había visto tantos!
Y como niña pequeña, corrió a hacia el frente mientras reía felizmente y extendía sus brazos a sus costados. Estando una vez en el campo.
Alex rió un poco y se sentó mientras la veía.
Barbie corrió por unos minutos y se detuvo. Tomó uno con cuidado, lo alzó, cerró sus ojos pidiendo un deseo mentalmente, los abre y lo sopla. Todo lo blanquito del diente de león volaba por los aires.
Y por causa del tiempo, voló hacia arriba con la misma dirección del viento. La pequeña sonreía con calidez y tranquilidad.
Tomó otro diente de león y con cuidado.. se lo llevó a Alex.