Capitulo 1

31 2 0
                                    

Me pase el fin de semana aferrada a mi cama. Donde mi única compañía eran mi almohada acompañada de mis lágrimas. Salía de mi habitación solo a desayunar, comer y cenar. Mis padres trataban de animarme. No lo lograron.

El lunes no fui al colegio. Ni el martes. Ni el miércoles. El jueves tenía que volver. El miércoles era mi último día para mantenerme en mi cama con lágrimas brotando de mis ojos.

No quería volver al internado.

No quería ser el centro de atención.

No quería volver a ver a mis amigas.

No quería ver Iván.

Son las nueve y cuarto de la noche y estoy organizando mi mochila para ir mañana al lugar que solía llamar colegio. Ese lugar donde te enseñan la ética y la moral. El lugar donde te hacen la idea de que la vida es perfecta, sin preocupaciones, sin burlas, llenas de amistades. Donde tu única responsabilidad es estudiar. Cuando en realidad es un lugar de mierda.

Donde las chicas si se acuestan con varios chicos la consideran una zorra. Si es el chico que se acuestan con varias chicas es un campeón. Si usas lentes y sacas buenas notas te consideran rarito a rarita. Si lloras eres débil. Si gritas eres un desgraciado.

¿En este caso sería débil no?

Y siguen las preguntas en mi cabeza

¿Por qué lo hizo?

¿no fui lo suficiente para él?

¿Por qué no le di lo quería?

¿él me amaba?

Fue un año completo de relación donde fui más ciega de lo que pensé. Escuche que el amor era ciego y que algunas chicas eran el gran ejemplo de ello. Soy una de esas chicas. El dolor que me provocó su engaño fue más fuerte de lo que pensé.

Nunca nadie me dijo como era llorar por alguien que no valía la pena.

Nadie me dijo como es estar con el corazón hecho pedazos de parte de un engaño.

Traición

Esa amarga palabra me persigue.

Preferiría que me crecieran alas, salir volando y no tener que volver a la mierda, lejos de esta realidad. Refugiarme en mi. Sin ayuda de nadie.

Escucho pasos afuera de mi habitación; se me bien de quien se trata. Me contoneo hacia la puerta y me encuentro con los ojos marrones de mi madre. Que a diferencia de los míos son verdes, gracias a los genes de mi padre.

—veo que estas organizando todo para volver mañana – asiento y dejo a mi madre a mi espalda mientras voy hacia mi armario buscando mis diferentes uniformes.

—Lina por favor, deja tus ridiculeces y haz lo único que sabes hacer. Estudiar y entregarnos las mejores calificaciones.

— Es que no entienden — me giro para encontrarme con sus ojos.

— ¿Qué no voy a entender? ¿un corazón roto? Por amor de dios Lina, eso solo otro amor adolescente

La ignoro y sigo recogiendo mis cuadernos que están en mi estantería dejándola a mis espaldas sin querer discutir con esa mujer.

Si. No quería salir de mi habitación. Lloraba por alguien que no valía la pena. Creo que jamás volvería a amar a otra persona.

Siento como a mis espaldas escucho sus pasos y supongo que se dirige a la puerta.

— Ya no lo amo — esas palabras brotan de mis labios en un susurro casi inaudible.

— ¿Pero sabes qué? — me dice y me giro ante su mirada dándome cuenta de que tiene su mano en el pomo de la puerta — Aunque ya no quieras aceptar, lo sigues amando y sé que sientes molestia por seguir sintiéndote asi. "Pero los sentimientos no se van de la noche a la mañana."

Se que tiene razón.

— La cena esta lista. Baja si gustas. O te quedas aquí llorando por estupideces.

Y entonces se va. Con su larga melena castaña rozando por toda su espalda. Y me quedo ahí. Viendo como la mujer que tengo que llamar madre sale de mi refugio.

Madre es sinónimo de amor puro. Madre es la mujer que te dio la vida para darte amor. Madre es la que te da consejos. Madre es la que te apoya en todo. Madre es amor.

Yo no recibo amor de parte de ella. Solo palabras hirientes, reclamos, problemas y más problemas. Desearía poder tener ese tipo de relación con ella. Un amor maternal. Un te quiero de su parte.

Un abrazo de mi madre.

A veces pienso que todo esto es un sueño y que algún momento tengo que despertar y todo esto es mentira. Donde mi relación con mi madre es diferente. Donde mis amigas no me mienten. Donde mi novio no me engaña. Donde no llevo los cuernos más grandes por todo el internado. Donde no estoy triste.

Termino de arreglar todas mis cosas para mañana y me tiro en mi cama boca arriba mirando mi reflejo a través del espejo que tengo montando en mi techo. Hice que mi padre lo colgara. Me dijo que era raro pero único.

Cierro mis ojos esperando que mi cuerpo haga función de mí.

Cierro mis ojos esperando que mi cuerpo haga función de mí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dolcezza (en pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora