Entre los asgariadnos

2. Pelotita

Después de toda la mañana esperando que Clint se hiciese una radiografía, Nat entro.

— Hola Sienna- Mire su cara y entendí la razón por la que venía me acerque a ella para curarla.

—¿Cómo te lo has hecho?— Con las manos limpias, tomé un paño limpio y lo presioné suavemente contra el corte en la ceja de Natasha, tratando de detener él sangrado.
  
—Estaba entrenando con Steve— fui a la nariz hice lo mismo en la parte cortada, luego apliqué un antiséptico, después cogí unas tiras de gasa y las pegue para que no se separase la herida.

— ya está— Ella se levanto de la camilla y antes de irse se giro hacia mi.

— gracias oye ¿puedes venir?— Asentí, y pregunte lo obvio.

— ¿Dónde?— La miré sabiendo que fuese cual fuese iba a ir.

— te quiero enseñar algo— Deje todo en su sitio y salí con ella.

— quiero enseñarte a luchar— Mire la sala donde supuse que pasaban la mayor parte de su tiempo, sabia luchar aunque no me gustaba hacerlo.

— ¿Para que? Soy médico— Se acercó a mi y me metió dos mechones de pelo detrás de las orejas.

— tienes miedo— se empezó a reír mientras me miraba y empezaba a dar vueltas.

— no tengo miedo- me puse en posición de pelea y ella se lanzó sobre mi, la esquive y lance un puñetazo que le dio en el abdomen, a lo que ella siguió con un intento de tirarme al suelo, después de una larga pelea fuimos a la cocina.

—Gracias— la mire con una sonrisa mientras abría la nevera.

— por que no he hecho nada especial— cerré la nevera y la mire atenta.

— Tony necesitaba que vinieses, y además eres muy buena doctora- Después de decir eso salió por la puerta hacia el salón yo desvié mi camino para ir a mi cuarto aunque a su lado estaba la celda de Loki.

— hola— Me gire para mirarle.

— hola, ¿como estas?— me miró y se apoyó en la pared.

—Sin tener en cuenta que duermo en el suelo bien— hice un gesto para que me esperase y fui a mi cuarto por una almohada y un edredón.

—No es un colchón, pero espero que te sirvan- abrí la celda y pase por su lado para entregársela.

—¿Sabes que me podría escapar verdad?— Me acerqué a él y le miré de forma desafiante.

—Adelante, escapa— Se separó de mí deshaciendo el contacto visual, yo salí de la celda y la cerré.

— hola a ambos— Salude con la cabeza a Thor que miraba a Loki extrañado por las mantas.

—Se las he dado yo— Él suspiró de tranquilidad, yo le sonreí, después de eso entré en mi habitación, minutos después llamaron a la puerta.

— Hola— mire a mi padre esperando que me dijera algo.

-hay un nuevo villano, usa un líquido que le quita las habilidades a las personas incluyendo los poderes— Le miré enfadada, por su forma de hablarme.

— ¿y qué?— Me crucé de brazos ante él.

— tienes que hacer un antídoto— le miré con una mezcla de enfado y sorpresa.

— no soy científica— Sabía cómo hacerlo a la perfección, pero quería molestarle.

— has estudiado Biomedicina— Decidí soltarle una pullita muy merecida.

—Parece que te has estudiado mi currículum, total es lo único por lo que te interesó— Puso cara de confusión yo di unos pasos hasta la puerta.

— Sígueme, hay una sala mejor para esto— me llevó a una habitación donde estaban todos menos loki, yo les sonreí, Nat me devolvió el gesto.

— Hay lo tienes— Me acerqué a él, cogí una silla y empecé a trabajar.

— ya está— todos se sorprendieron, al parecer no esperaban que tardase solo una hora.

— ¿ya? Pero has tardado poquísimo— Mire sería a Tony y le conté la verdad.

—Es igual que  la vuestra, la que le pusisteis a Loki sin contar un ingrediente que al cambiarlo,hace posible una cura— Me miraron sonrientes, Thor  se levantó dispuesto a probarla yo le inyecté un poco de ella.

— Siento la electricidad corriendo por mis venas— Trató de coger el martillo y lo consiguió.

— bien puedes marcharte — Volví a mirar a Tony y rodeé los ojos.

Al salir como cada vez que voy a mi habitación, pase por la celda de loki el se levantó y se juntó al cristal.

— ¿me traes comida?— me miró con cara de cachorrillo, yo asentí.

— veré que puedo hacer— Fui a la cocina, llegué a la despensa no había nada normal todo era comida fitness cerré la despensa y sali a la calle.

Llegue a la celda de nuevo y le mire el me miró hambriento.

— devuélveme las bolsas cuando termines- Empezó a comer compulsiva mente.

— ¿cuánto hace que no comes?— el me miro serio sin dejar de comer.

— desde que me diste de comer— un día.

— Voy a hablar con Tony, deséame suerte— Me miró con una sonrisa pícara.

—claro preciosa— Sin darme cuenta una gran sonrisa se había dibujado en mi rostro.

Fui rápido a buscarle finalmente le encontré en la sala de los trajes.

—hola— se giró y me sonrió, mientras seguía mirando uno de sus inventos.

—¿necesitas algo?— No entendí su frialdad pero ya me había acostumbrado.

— ¿por que no le das comida a loki?—Me senté en un sofá lejos de èl.

— y eso que mas da no se lo merece, siento que tu cuarto esté al lado de su celda- Trate de no reírme, en verdad me había hecho un favor.

— hola oye Sienna, loki pregunta por ti— Ambos miramos a la puerta viendo a Wanda esperando una respuesta.

—por que quiere hablar con ella— Me dispuse a maquilar la verdad.

— Le he dado una almohada puede que sea por eso— me interrumpió tony, antes de decirle lo de la comida.

— por eso has venido a hablarme, No puedes tener una relación sea lo mínima que sea con el— Me reí en su cara y le contesté.

-Ya bueno has llegado más de veinte años tarde para tratar de criarme— Salí sin escuchar una respuesta.

Llegue y el estaba sentado con la espalda en la pared, al verme se alegró.

— hola, preciosa — tenía una sonrisa más falsa que mi padre.

— ¿que pasa ¿estas bien?—Notaba como pedía ayuda con la mirada.

— estoy bien, aburrido — volvió a sonreír pícaro como siempre.

— espera— Fui a por una pelota de tenis que usaba cuando quería matar a alguien.

— mira— saque la pelota de mi bolsillo y fui a abrir la celda.

— eso me vas a dar, no está mal— abrí la celda le di y al tratar de darle la pelota nuestros dedos se rozaron dejándole sumamente enbobado.

— No me mires así— Swnris una mezcla de miedo y vergüenza, además de eso se me salió un mechón el me metió el mechón detrás de la oreja, le miré a los ojos tratando de descifrar si estaba jugando o no conmigo.

--¿Así como?— Esa pregunta sumó un punto de nerviosismo que no me gustó nada.

— Déjalo— Salí de la celda y la cerré, miré hacia mi cuarto antes de entrar se despidió de mi.

—Que duermas bien— Gire la cabeza para sonreírle hasta que me di cuenta de la tontería que estaba haciendo y entré a mi habitación.