Desde pequeños los lobos tienen que aprender todas las reglas de la naturaleza ya que si no es así suelen cometer errores y hasta poner en riesgo a sus manadas.
— ¿Entonces que harías?
La voz tranquila y aburrida del que impartía la clase esperaba la respuesta del menor ojiverde que hojeaba entre sus apuntes.
— Solo dímelo Derek.
El ojiverde miro a todos lados en busca de ayuda pero solo recibió sonrisas burlonas.
— Yo lo, yo...
Se cayó al escuchar las burlas.
— No les prestes atención y dime, ¿Que harías si encontrarás a tu pareja destinada pero resulta ser humano?
El ojiverde tomo una gran respiración.
— Le diría a su mamá que ya me pertenece y que me lo de.
El "profesor" se golpeó sonoramente la cara con la palma de su mano.
— Derek recuerda que los humanos no pueden saber de nosotros, por ende no puedes solo decir que es tuyo.
El ojiverde frunció el ceño molesto.
— Pero si es mi pareja y aunque sea humano seguiría siendo mío, le puedo decir a mamá que lo convierta y estaremos juntos por siempre –dijo casi gritando.
Las carcajadas de burla de los demás no se hicieron esperan logrando que el ojiverde comenzará a llorar y posteriormente saliera corriendo.
Por otra parte, en alguna casa de Beacon Hills se encontraban dos niños jugando en el jardín trasero del menor de ambos.
— Yo se lo que te igo, esa pelucula no mente, ¿Cómo clees que se les cuzo la idea de los hombes obo?
El mayor de ambos bufo ante eso y con todo el miedo que tenía y bien sujeto de su inhalador comenzó a seguir a su pequeño amigo hacia la aventura de sus vidas, como el más pequeño lo llamaba.
Caminaron unos cuantos metros dentro del bosque.
— ¿Polque no le peimos a tu mamá que nos tlajela? –cuestionó el mayor de ambos recibiendo de parte del menor un suspiro.
— Polque papá no me cle y mamá está vendo como se lesuelve lo de Theito.
El mayor solo asintió mientras que su ceño se fruncia.
— ¿Aún su papi le pega?
El castaño asintió y el mayor lo miro preocupado.
— Decuida, mamá quiele la utodia, por eso está oupada.
El mayor asintió y el menor lo ánimo a seguir caminando.
No sabían cuánto con exactitud habían caminado pero lograron llegar al lago donde para su sorpresa no estaban solos, había un niño pelinegro llorando.
— Vamos Sais.
Ambos niños se acercaron y el mayor se arrodilló frente a él para luego tocar su hombro, el pelinegro levantó la mirada lentamente y al toparse con los ojos chocolate del niño frente a él sintió como la tristeza se fue.
— ¿Polque llolas?
El ojiverde sonrió ante la falta de la r en la pregunta.
— Mis amigos se burlaron de mi solo porque no me puedo robar a los humanos –dijo y de inmediato el castaño alejo a su amigo del niño.
— ¿Que pasa Sais? –cuestionó y el castaño solo le dijo que probablemente el niño era un alien y que le prohibieron robar humanos porque ya tenían muchos para sus experimentos.
— No soy un alien menso, soy un niño lobo, al menos hasta que entre a la pubertad, tío Peter dice que será en estos meses.
Ambos niños solo asintieron, uno pensando que era genial tener a un lobo como amigo y otro pensando que ese estaba igual de zafado que su pequeño y aventurero amigo.
Pasaron la tarde más agradable hasta que la policía llegó junto a sus madres preocupadas y el pelinegro ojiverde huyó antes de que lo vieran allí.
— No vuelvan a escaparse así, ¿Saben cuan preocupadas estábamos?
Ambos menores bajaron la mirada arrepentidos de haber preocupado a sus mamás pero internamente felices porque tenían un nuevo amigo, a ojos de uno, un súper lobo que los defenderá de todo y a ojos del otro, un niño agradable, lindo pero igual de loco que su mejor amigo.
— Peldón –murmuraron ambos y solo fueron abrazados por sus madres mientras que entre los arbustos el ojiverde observaba todo.
— Ni pensar que mi compañero tenga cinco años.
Pensó en voz alta y fue escuchado por el "profesor" que no era ni más ni menos que su tío favorito de 20 años.
Continuará...
11-04-22
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Carbono Puro Cristalizado
FanfictionDos almas que se conocieron desde tiempos inmemorables destinadas a estar siempre separadas y con personas que nunca amarían realmente... al menos eso creían hasta que tuvieron una fiesta y una chica en común. - Se supone que ahora me vaya y ustedes...