Takemichi

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La familia Hanagaki era muy reconocida por los grandes viñedos que poseían y la riqueza acumulada por estos mismos desde generaciones pasadas de alfas y betas, el mando de los viñedos Hanagaki siempre se heredaba al primogénito a menos de que fuera un omega, ya que si esto pasaba se le cedía al segundo o tercer hijo para no perder el apellido ni la reputación. La familia siguió aquella tradición hasta ahora, la generación número siete de los Hanagaki estaba solamente conformada por Takemichi Hanagaki un omega puro.

La madre de Takemichi murió poco después del parto y su padre al amar fervientemente a aquella omega se negó a tener otra pareja, teniendo a Takemichi como único hijo y heredero, al inicio creían que era un beta por ser poco destacable y poco atractivo, sus características no eran fuertes ni nobles como las de un alfa y no era frágil ni hermoso como un omega, pero para sorpresa de todos resultó ser un omega, poniendo en una encrucijada a la familia.

Se descubrió que era un omega cuando tenía catorce años, para ese entonces ya se le estaba educando sobre cómo manejar los viñedos, las finanzas, las relaciones con otras familias poderosas y cómo llevar a la familia Hanagaki a una mayor grandeza, sin duda los ancianos pensaron que fue una pérdida de tiempo y esfuerzo.

Los ancianos no querían que un omega tomará el lugar de la cabeza de familia, por lo que tenían dos opciones, la primera era casarlo con un alfa de una muy buena familia para mantener reputación pese a perder el apellido, y la otra era que su primo Kazutora Hanemiya, un beta de una familia secundaria cambiara su apellido y tomará el cargo de la cabeza de familia principal. Ambas opciones parecían viables, pero había un problema, Kazutora se comportaba como un delincuente ganándose una mala reputación y el desprecio de varios miembros de la familia, mientras que Takemichi adoptó una actitud repugnante a los ojos de los alfas, se comportaba altanero, no tenía una linda actitud, descuidaba su aspecto y decía cosas como “los omegas no están para complacer a los alfas” “Un omega vale lo mismo que un beta y un alfa” “No necesito a ningún alfa” sería difícil que un alfa aceptara estar con él.

—Sera tu presentación formal ante la sociedad, Takemichi —habló su padre durante el desayuno sin despegar su mirada de algunos papeles que estaba leyendo recibiendo un murmullo de “lo sé” como respuesta.

—Necesito que te comportes, asistirán muchas personas importantes —miró a su hijo— entre estas personas estarán varios herederos de- —sus palabras fueron cortadas por un estruendo causado por los cubiertos impactando con un plato.

—¿De nuevo vamos a tener esta conversación? —su hijo lo miró con desesperación.

—Takemichi, necesitas encontrar a alguien para- —nuevamente fue interrumpido.

—No necesito de nadie, me educaron toda mi infancia y parte de mi adolescencia para ser un digno heredero y solo porque salí como un omega en la prueba ya cambiaron los planes —el pelinegro menor miró a su progenitor —Tu tomaste el cargo de la familia cuando no tenías ni siquiera intenciones de casarte y conociste a mamá una década después.

—Es diferente, Take —respondió su padre devolviendo la mirada a los papeles

—¿En que es diferente? ¿Por qué yo necesito casarme con un alfa o beta para… ¡oh! Es cierto —detuvo sus palabras un momento y fingiendo recordar algo, continuó con forzada sorpresa— Después de casarme yo no tendré voz ni voto en las cosas de mi familia porque todo será para la persona que no tiene nada que ver con los Hanagaki y sus viñedos —habló con enojo.

—Take, no voy a iniciar una discusión —su padre lo volvió a mirar y Takemichi se reclinó en su asiento.

—Yo tampoco quiero iniciar una discusión sobre algo que no tiene sentido —murmuró comiendo con furia un trozo de su pancake.

El Omega del viñedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora