Manjiro

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Takemichi pasó por entre sus invitados disimulando su molestia para llegar al jardín, tan pronto como logró llegar a su destino, respiró profundamente “¿Por qué los alfas tenían que ser tan jodidamente vulgares?” Esa era una de las tantas preguntas que Takemichi no podía responderse a sí mismo.

—Take-chan ¿Cómo es posible que te puedas escabullir tan rápido? —preguntó su primo una vez estuvo a su lado.

—¿Estas bien Take-kun? —preguntó Hinata con informalidad cuando alcanzó a ambos chicos.

—Si, lo siento —se disculpó el omega después de tranquilizarse— es solo que los idiotas como él me desesperan.

—Si, algunos incluso se exceden de idiotas —ante el comentario de Kazutora, los otros dos rieron y el ambiente se relajó.

Takemichi era alguien realmente tranquilo, pero en cuanto alguien hacia comentarios o actuaba de forma despectiva hacia los omegas o mujeres, se enojaba mucho, de no ser porque recibió la educación de un noble y tenía una reputación que cuidar, golpearía a cada idiota con pensamientos anticuados, y sumando el hecho de que casi toda lo sociedad pensaba así, tenía que comportarse.

—Tienes razón, solo quiero tomar un poco de aire ¿si? —la petición silenciosa fue comprendida y sus amigos lo dejaron.

Lo dicho anteriormente no era una mentira como tal, ya que realmente se había sentido sofocado durante cierto tiempo y aquel incidente terminó por causarle un nudo en la garganta. Pero una vez que se sintió mejor y se preparó para volver, se encontró con una silueta.

—Yo que tú le hubiera dado un golpe o una patada, en la cara obviamente —habló la silueta que conforme se acercaba, se iluminaba— tu ida causó un poco de revuelo e incluso algunas personas empezaron a ver mal al tipo.

—Oh, eso no hubiera sido muy apropiado —negó el pelinegro cuando vio el rostro completamente iluminado del chico. Era un poco más bajo que el, el chico era rubio, ojos negros y una sonrisa burlona e infantil.

—Mi nombre es Sano Manjiro, pero puedes llamarme Mikey —se presentó cuando quedó delante de Takemichi.

Sano Manjiro, era quien estaba delante de él, claro que conocía ese nombre ¿Quién no lo haría? Era el segundo hijo del teniente coronel y una condesa, famoso por los rumores de meterse en peleas sin preocuparse por su reputación y por alguna extraña razón, respetado por eso mismo. Lo describen como alguien imponente, cuya presencia hacía que tanto omegas y betas como otros alfas se encogieran, su mirada oscura te hacía sentir terror y que no necesitaba espadas en un combate, era capaz de derrotar a 200 hombres con sus manos desnudas.

Por esos rumores esperaba ver a alguien intimidante, con una expresión severa y un tono de voz imponente; no a alguien más bajo que el comiendo tiernamente un pastel de mantequilla con una sonrisa infantil.

—¿Eh? —la confusión en el rostro de Takemichi era muy visible.

—¿No sabes quién soy? Vaya, eres la primera persona que realmente no me conoce —rio ante tal suceso— Creí que al menos sabrías algo.

Mientras el rubio reía, Takemichi tenía una pequeña crisis, por supuesto que sabía quién era, incluso sabía que Kazutora se juntaba con él, pero no era nada como lo imaginó “Discúlpame, si se quién eres, pero me imaginaba a alguien más imponente y terrorífico” si claro, como si Takemichi fuera a decir eso.

—Discúlpame, si sé quién eres, pero no me esperaba un consejo ni mucho menos así de casual —se disculpó con un poco de pena, mientras internamente se felicitaba por tal excusa.

—Oh, ya veo —hubo un silencio incómodo.

—¿Entonces sabes de mi por tu primo Kazutora o por algo más? —preguntó el alfa.

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⏰ Última actualización: May 04, 2022 ⏰

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