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Dedicado a juanloveseulamber que, aunque a veces es medio especial, lo quiero mucho y, al final del día, gracias a él he escrito todo esto. Tqm, juanchito<33. Mentira, me chantajeó con un fan art de Ninguang para hacer esto y nunca me lo dió. Funen a Juan.

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Allí se encontraba Jean, rellenando formularios en su ancho escritorio, lleno de papeles alternos. Entre ellos, destacaban más de dos cartas escritas con crayón, como disculpas por parte de Klee. Sin embargo, lo que llamaba su atención y la mantenía impaciente era aquel libro que estaba faltante en la biblioteca hace más de dos semanas.

"Cuentos populares de Mondstadt: XIV"

Después de dos horas escribiendo con esa vieja pluma, Jean recogió el libro, emocionada, dispuesta a leer aquella historia que tanto adoraba.

"En Mondstadt, cuando la ciudad aún montaba cimientos, dos jóvenes que aún se desconocían, se buscaban inconscientemente las caras, hasta encontrarse durante el otoño más anaranjado y enamorarse durante la primavera más floreada.

El amor latía con creces en el corazón de aquellos muchachos que seguían sin aprender tanto de la vida y, aun así, habían aprendido a ocultarse. A ocultarse de las miradas de sus familias con estatus suficiente como para elegir por ellos.

Cada día, odiaban más el roce de sus dedos y deseaban más tomar sus manos para correr lo más lejos posible, liberándose de las cadenas que los ataban a las expectativas ajenas.

Un día, desde ambas puntas de la ciudad, los jóvenes escucharon la misma romántica melodía. Solo con escuchar los acordes de esa lira que no parecía encontrarse por ninguna parte, el corazón de ambos se derritió y se llenó del contrario.

Después de correr metros y metros en busca de aquel llamado del destino, ambos se encontraron al mismo tiempo, debajo de un árbol con flores rojas y blancas, donde las notas que fluían eran más notorias que en todo el trayecto.

—¡Te amo! —se exclamaron ambos al unísono, mientras aún recuperaban en el aliento con sus sonrisas ingenuas y nerviosas.

En ese momento, ambos empezaron a reír. Reían de nervios, reían de emoción y felicidad, reían porque las mariposas de sus estómagos golpeaban tan fuerte que les hacía cosquillas. Rieron hasta que se sentaron bajo la sombra del árbol y se miraron a los ojos, perdidos y ensimismados, se besaron. Se besaron sin miedo ni pánicos, sin las cadenas que los ataban antes, pues, gracias a la melodía que los había juntado, eran finalmente libres."

Jean sonrió cuando leyó el final. Le resultaba tan irónico el miedo que sentía, pues, al final del día, ella también se encontraba allí, en la capital de la libertad.

Leyó la dedicatoria, escrita con lápiz, al final del capítulo y sonrió con las mejillas en rojo mientras tapaba su cara con las manos.

"Querida Jean:

¿Sabes lo mucho que pienso en ti con esta historia? Mi amor por ti es tan insuperable como la distancia desde la estrella más lejana, que hace parecer al miedo tan solo los milímetros a los que me encantaría tener tus labios.

Quizás el día de nuestra boda nunca llegue, pero siempre podré presumir como encontré a mi verdadero amor en ti y cada vez que vuelque mi corazón en algo, te volcaré a ti, porque allí vivirás por siempre."

La cara de Jean se tornaba cada vez más roja en cuanto leía la perfecta cursiva que adornaba el espacio en blanco al pie de la página. Justo cuando leía las últimas palabras, la puerta se abrió.

—¡Con permiso! —exclamó la voz de Amber entrando en la sala con una carpeta de documentos en su mano.

—Pasa, pasa —respondió evitando la mirada para que su sonrojo no fuera notado.

Hermosa Amante // Lisa×JeanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora