Capítulo 2

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Resulta que soy una mujer fácil, la culpa me atormentó, y aquí estoy casi dos años después continuando esta historia, para mi Kit es un personaje entrañable y no pude evitar agarrarle tanto cariño que quería que tuviera una pareja, y como tengo otra insana obsesión con las Flechas heme aquí, finalmente continuando, se suponía que iba a seguir otra primero pero como dije soy una mujer fácil xD

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Lo último que Aixa había esperado encontrar la próxima vez que fuera al territorio cambiante, era al Alfa Lucas Hunter. Lo primero que sintió allí fue que era peligroso, siempre lo había visto de lejos, no llevándose más que una vaga impresión de poder, pero tenerlo frente a ella, llevaba las cosas a un nivel más alto. Podía ser psy y no tener emociones, pero tenía instinto de supervivencia, y éste le gritaba que no se atreviera a antagonizar a ese hombre.

—Alfa Hunter. — miraba su rostro sin centrarse en sus ojos; se había sentido un poco desorientada cuando Judd Lauren había estado frente a ella: "No mires a un Alfa, Centinelas o Tenientes a los ojos, suelen tomarlo como un desafío si viene de un psy." Ahora entendía perfectamente y sentía que debería agradecerlo si regresaba con vida.

—No nos habíamos conocido en persona Aixa. — el Alfa estaba allí recostado contra la mesa, a su lado Clay y Dorian. —Siéntate, tengo curiosidad sobre ti.

Dorian bufo burlándose, los tres allí ignoraron el sonido, sentándose en los sillones de la cabaña que siempre habían usado.

—Cuéntanos Aixa, —Clay pareció tomar la palabra. — ¿Cuál es tú designación?

—Telepatía, gradiente 5,1 —estaba segura que ellos ya sabían todo eso, ¿la estaban probando?

—Eres débil. —Dorian la miró, sus ojos ahora eran felinos; sin embargo, la situación era muy diferente a cuando lo veía en Kit, con el joven parecía una caricia, un...juego, dirían; el felino que la miraba ahora, quería sangre, la suya posiblemente.

No respondió, incluso cuando todos la miraron fijamente.

— ¿No vas a responder? —Clay enarcó su ceja.

—Dorian no hizo una pregunta, —El alfa Hunter fue quien respondió, puso los codos en sus rodillas mirándola fijamente —Cuéntanos Aixa, ¿qué hace una chica que sería considerada débil, con las Flechas?

—Mis padres fueron Flechas. —Tan simple como eso.

—Las Flechas no tienen hijos. —Dorian parecía reacio a creerle.

—Los míos sí. —Aixa no planeaba contar sus secretos, y si iban a matarla por ello que así fuera.

El silencio fue largo, sus músculos se tensaron sintiendo que había molestado a esos tres hombres, aunque sabía que de luchar sin duda perdería, no se quedaría allí sentada esperando morir.

—Bien. —El Alfa rompió el silencio, pero sus ojos la miraban fijamente.

—Y ¿en qué te especializas? —cuestionó Clay de brazos cruzados y cambiando el tema.

—Combate físico y armas blancas.

— ¿Eres buena? —Dorian llamó de nuevo su atención.

—Según mis instructores, sí, lo soy. —mejor que todos lo de su edad, debía compensar su falta de competencia en el plano psíquico de algún modo.

—Me parece perfecto —Dorian parecía saborear las palabras, Aixa sintió que las cosas se iban a complicar. — ¿qué te parece un combate con una de nuestros soldados? Sólo para entrenar.

La danza del leopardoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora