La danza del leopardo

Capítulo 4

Bien, lo conseguí sin tardar un año en actualizar, casi me siento orgullosa, finalmente se empieza a mover la situación, tengo algunas cosas pensadas pero nada concreto, así que esperemos  a ver como avanza todo. 

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Kit había iniciado la mañana siguiente en las nubes, Rina había sonreído como si imaginara quien era responsable de su humor.

Sascha pareció sonreír aliviada. Tammy entrecerró los ojos con un poco de picardía.

Los demás, sin embargo, eran otra historia. Podía ver gestos que iban desde la preocupación, la irritación y un joven soldado le había gritado en la cara que era un traidor.

Eso no había terminado bien y su feliz mañana murió rápidamente entre palabras y puñetazos, el problema de ser el vencedor era que debía empezar a cumplir su castigo más rápido.

Tammy estaba furiosa cuando realmente vió sangre, en este caso suya, el chico había perdido el control de sus garras, había podido observar su horror cuando se dio cuenta que lo había herido. Intentó calmarlo pero la sangre lo tenía demasiado alterado, al final optó por dejarlo inconsciente de la forma más suave posible.

—No puedo creerlo.

Tammy había puesto vendas en su brazo con pulcritud y cuidado.

—Lo siento.

—Aunque no hayas sacado las garras, no te escapas del problema. —la sanadora podía ser firme cuando quería.

—Lo sé.

—No creo que lo hagas. —Tammy lo miró con una seriedad poco usual. —Tu comportamiento es muy errático, es posible que te degraden, ¿Lo entiendes?

Kit se tensó visiblemente con las palabras.

—¿Por qué? Yo no busqué pelear con él.

—Pero no dudaste en seguir su juego. —tocó su cabeza con cariño. —Eres su superior, debías guiarlo, no rebajarte ante él.

—Oh, la próxima bajaré la cabeza y esperaré obedientemente a que me golpeen.

—Kit. —La voz de Tammy era una advertencia, estaba siendo impertinente.

— Iré a correr, a menos que eso me ponga en riesgo de ser degradado.

Kit se estaba comportando como un culo, y no podía encontrar la energía para apenarse.

—Ve.

Tammy se quedó en silencio mientras se iba.

Necesitaba despejar su mente, su cabeza estaba embotada.

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—Tammy, ¿Ocurre algo? — Lucas contestó la llamada de su sanadora en sólo audio, siguió mirando un contrato en sus manos con la pequeña empresa humana, tener varias fuentes de materia prima evitaría contratiempos en un futuro.

—Necesitamos un curso de acción con Kit, ignorar el hecho no está funcionando.

Está vez Lucas soltó sus documentos y activó el vídeo, la mirada preocupada de su sanadora lo recibió.

—Peleó de nuevo, esta vez el otro chico sacó sus garras.

—¿Qué? — El rostro del Alfa se oscureció. —¿Quién fue?

—El niño de los Salt, ya hablé con ellos, no estaban nada felices.

—Espero que su madre le de unas buenas nalgadas. — sacar las garras estaba prohibido por el daño que podrían causar, los castigos por ello siempre eran ejemplares por ese motivo. — ¿Kit las sacó?