Capítulo 2: El error

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- Vamos por aquí. - Dice Idril con determinación.

- También sabes la estructura de la academia?

- No, pero tengo una corazonada. También ayuda el cartel que pone que las habitaciones se encuentran subiendo las escaleras. - Dice señalando con la cabeza a la señal.

Las dos ríen. Es que acaso había hecho una amiga? Sería la primera.

Empiezan a subir las escaleras. Nébula camina con miedo, no quiere encontrarse con alguien de un curso mayor o algo, a diferencia de Idril a la cual se le notaba la confianza en cada paso que daba.

Justo acababan de llegar al último escalón de aquella escalera de clara y reluciente piedra cuando un hombre mitad ciervo llega corriendo hasta ellas. No tardan en darse cuenta de quien es; el famosísimo profesor Relam Grant. Según había entendido antes de dedicarse a ser profesor tenía una carrera de atleta bien formada, y sin embargo Los Escritores nunca lo escogieron para ninguno de sus cuentos por lo que decidió dedicarse a esto por si le llevaba a aparecer en uno al menos como personaje secundario. Su anatomía no pasaba desapercibida: en vez de tener dos piernas de persona, tenía dos patas de ciervo incrustadas en su torso humano que llevaba tapado con una impoluta camisa blanca desabrochada por el primer botón. También llevaba puestas unas gafas marrones; Nébula había leído en InterMagia que los ciervos tenían una vista de 20 sobre 100, lo que explicaba la necesidad que el teriántropo tenía de llevarlas. De su cabeza le salían dos cuernos largos llenos de ramificaciones que se doblaban ligeramente hacia dentro. Tenía también dos orejas de ciervo debajo de estos cuernos. Suponía que significaba que no tenía orejas "humanas", pero como nunca había visto uno en persona no tenía ni idea.

- Nébula Careus?

- Eeeee, si, esa soy yo.

- La directora quiere hablar contigo. Es urgente.

- Q-que pasó?

- Ya te lo dirá ella, acompáñame.

Nébula nunca había tenido tanto miedo en su vida. Empieza a caminar al lado del hombre y se gira a mirar a Idril, que la observa con... preocupación? Le indica con una pequeña sonrisa que no lo esté, aunque se teme lo peor. Primer día y ya la llaman al despacho de la directora. Que querrá?

El camino se le hace largo. En ningún momento interactúa con su guía, está demasiado ocupada imaginando todo tipo de cosas por la que la podrían haber llamado. Nunca se está lo suficientemente preparada para tal situación pero igualmente hacía lo posible por esperarse cualquier cosa.

Curiosamente pensó de todo menos lo que pasaba en realidad. Como no lo había averiguado antes? Si era obvio. Solo había que tener dos dedos de frente para saber que ella no pintaba nada allí.

Cosas en orden, Nébula entra en el despacho seguida de Relam. La sala es de tamaño mediano. El suelo es de madera oscura y las paredes lucen un color burdeos decorado con flores de color negro y toda una pared estaba ocupada por una estantería. No había rincón donde no hubiese una planta.

Entrar allí definitivamente causaba impresión, sobre todo porque Nébula entro en medio de una discusión entre su tutora Evamora y una mujer relativamente joven que estaba apoyada en en el escritorio de madera pegado a la pared/estantería.

El profesor carraspeó y las señoras recobraron la compostura.

- Hola Nébula. Déjame que me presente, soy Idia Eurínome, la directora.

Lo dijo con un tono de voz tranquilo, lo que la relajó un poco. Tenía su larga melena castaña echada hacia atrás, y sin dudarlo se diría que es hermosa. Le sacaba varias cabezas a Nébula. Sin dudarlo es una ninfa de libro.

- Por favor, siéntate. - Dijo señalando las dos sillas de piel colocadas enfrente del escritorio de esta.

Mientras Nébula se sentaba Idia, Relam y Evamora se pusieron detrás del escritorio; la directora se sentó en su silla y los otros dos profesores se colocaron a sus lados.

- Te preguntarás porque te hemos llamado aquí, pues resulta, Nébula, que hemos cometido un pequeño error de papeleo.

- Pequeño error? Aquí el Relam, tan ocupado con sus "hobbies" se confundió de Nébula .

- Al menos yo tengo vida no como tu.

El ambiente definitivamente no estaba... mmm... como decirlo... apacible.

- Shh, silencio, estamos intentando resolver problemas aquí, no viendo quien domina más territorio. - Ya no sonaba amable, si no cortante y segura. - A ver, Nébula, te he llamado porque a nuestro pesar tu no deberías estar aquí. Tu carta de admisión iba dirigida a otra Nébula Careus, no a ti. - Dice frotándose las sienes.

Se lo temía. Desde un principio vio que ella no formaba parte de ese lugar, pero que se lo dijesen a la cara le dolió más de lo esperado. Notaba como sus ojos empezaban a escocer, pero paran en el momento en el que la directora retoma su charla.

- Después de mucho pensar y discutir hemos decidido darte una oportunidad. Al fin y al cabo has viajado hasta aquí. - Dice en tono amable.

- Sisi, eso y que si este error saliese a la luz nos atacarían desde todos los lados. Ya bastante tenemos con que nos llamen anticuados. - Dice Evamora.

- Como estaba diciendo, - continúa Idia elevando el tono de voz y dirigiendo una mirada cortante a la tutora de primero - hemos decidido dejarte cursar el primer trimestre con nosotros, siempre y cuando digas a la gente que dimitiste por la presión y no por que hayamos cometido un error.

- Me estas diciendo q-que tengo que mentir para cursar solo un trimestre? - Dice Nébula sin llegar a creérselo.

- Pues si vaya, resumiendo si.

- Y no hay nada que pueda hacer para cambiar eso?

- Mmm... - la directora se queda pensativa. Mira a sus dos compañeros, los dos negando con la cabeza. - Dime Nébula, tu tienes alguna idea?

Nébula no tarda en decidirse por una, y estaba dispuesta a defenderla con confianza, algo de lo que ella carecía. Pocas veces en su vida se defendió o intentó aportar nada al mundo, pero esta vez estaba dispuesta a arriesgarlo todo.

- Y-y si me ponéis en período de prueb-

- No. Te crees que puedes venir aquí y aun por encima demandar cosas? - Dice cortante Evamora.

- Shu shu shu. Déjala terminar. - la directora le hace un gesto con la mano invitándola a seguir.

- Un trimestre. Si no me hago resaltar entre los demás me expulsáis y mentiré por vosotros. No le diré a nadie vuestro error y podréis continuar con vuestras vidas. Sin embargo, si sí que destaco y me veis potencial, me convertiré en una alumna más de primero.

- Tonterías – Nébula sabía que no le caía bien a su tutora, no había que tener un máster en psicología para darse cuenta.

- Nébula podrías dejarnos a solas un momento?

No escucha nada de la conversación que ocurre ahí dentro a pesar de estar pegada a la puerta. Seguramente la habitación estaría afectada por algún hechizo, ya que no se imaginaba a Evamora y a Relam manteniendo la calma en un tono bajo.

Los nervios podían con ella. Ese día se había mordido tanto las uñas que ni si quiera una de esas pociones que le hacía su madre le ayudarían a crecerlas de nuevo.

El tiempo de espera se le hacía interminable. Parecía que habían pasado horas hasta que la puerta de madera granate se abrió.

- Nébula... hemos decidido aceptar tu petición.

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