Capítulo 3: una nueva amistad

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- En serio se confundieron? - Le pregunta Idril.

- Sí. De verdad no se que voy a hacer para que me dejen quedarme más tiempo.

- Sabes? Podría avisar a mi padre de todo esto y él se lo diría a la prensa. Ya me imagino sus caras al enterarse de la noticia: Ultima hora! La exclusiva Academia se confunde y admite a una alumna por error. A continuación, los deportes, con Aeneas. - Las dos se ríen de la imitación de Idril, ya que era clavada a la reportera Dasha.

- Nono, - dice recuperando la compostura – dejaron muy claro que nada de informar a nadie... De hecho mejor que esto no salga de aquí. No quiero líos.

- Tranquila, no soy una bocazas.

- Lo suponía.

- Bueno. Cambiemos de tema, es el día de la presentación al fin y al cabo y no quiero agobios a estas alturas de la película ok? - Definitivamente Idril si que sabía como animar a alguien. Que chica más extrovertida.

- Vale – Dice entre risitas

- Sabes? Yo también he hecho mis negociaciones mientras estabas fuera.

- Y eso?

- Ves esta habitación? Antes era mía y de una ninfa llamada Elina, muy amable por cierto. Después de rogarle y decirle que jugo mágico usaba para el pelo se intercambió de habitaciones contigo!

- Y eso se puede hacer?

- Bueno. En teoría no. Pero ahí va la segunda parte de mi misión. Cuando la tutora de tercero vino a comprobar que todo estaba bien puede que le diese a entender que mi familia es rica y le diese un apretón de manos tu ya me entiendes... - dice pícara.

- La verdad es que no.

- La soborné – le susurra juguetona al oído.

- PERO-

- Shu shu. No grites tanto.

- No me esperaba esto de ti, la verdad.

- Que le voy a hacer! Al fin y al cabo sigo siendo hija de mi padre.

- Tu padre hace esas cosas?

- A veces. Siempre con tonterías por supuesto, como pagar la propina de antemano para que nos traigan la comida más rápido en un cuentirante.

- Woww. Yo nunca he ido a uno.

- En serio!? Yo muchas veces. Supongo que es lo que tiene vivir en el Pueblo Central Élfico.

- Que suerte... Yo solo vivo en el Pantano, como las brujas malas de los cuentos.

- La vida en donde vivo tampoco es maravillosa sabes? - dice sentándose en su cama - Todas las familias se odian entre sí. Lo peor es que cuando te ven fingen que les importas.

- En el pantano todos nos ayudamos en cuanto podemos. Somos muy pocos así que al final somos una gran familia.

- Lo que daría yo por tener eso.

Se quedaron charlando toda la noche. Hablaron de ideas para que dejasen a Nébula quedarse, de como pensaban que iba a ser su primer día... de todo tipo de cosas vaya. Nébula encontraba muy fácil hablar con Idril, y a ella le pasaba lo mismo.

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