Dulce de Leche.•° / Mailo

✏Guitarra✏

Todos tienen un talento ¿no?, algunas personas actúan, otras dibujan o pintan y algunos son capaces de tocar instrumentos, en este último caso, Mariano Guzmán no solo tenia en don de la poesía, sino que también tenia una guitarra, pero él solo se había dedicado a escribir, mientras su guitarra yacía en un rincón del cuarto, empolvandose. Pero cambiando de tema, Mariano invitaría a alguien a la casa, sí, hablo de Camilo. La intención era que el Madrigal lo ayudara a revisar el poema que había escrito para la mujer de moño rojo.

Sin más, se dirigió a la casa de aquella familia mágica, y ahí estaba él, con su radiante sonrisa y esos ojos tan brillantes e hipnotizantes.

–Hey Guzmán– 

–Hola camaleoncito– Siempre ocupaba ese apodo para el de ruana amarilla, claro #nohomo.

Finalmente llegaron a casa y se dirigieron a la habitación del de peinado poco varonil, se sentaron en la cama mientras que el mayor sacaba su libreta con aquel escrito. Los minutos pasaron, convirtiéndose en horas, pero para ellos el tiempo paso volando, ya que ambos se la estaban pasando bien. Fue que el de cabello rizado giro su cabeza en direccion a una esquina del cuarto, topándose con aquel instrumento de madera.

–Y eso?– Preguntó 

–Oh, es mi guitarra, bueno no es completamente mía –Se levantó en direccion al Madrigal.

–Era de mi padre, cuando yo tenía 7 años, él siempre tocaba una melodía– Mencionó con nostalgia. 

–¿Y aún te la sabes?–

Empezó a tocar, produciendo una linda melodía que transmitía tranquilidad, el contrario solo lo observaba con atención, escuchando la linda cancioncita, parece que el tiempo se detuvo por un momento.

Al llegar la tarde, el chico cambia formas volvió a casa mientras pensaba el aquella música, así estuvo el resto del día hasta que llego la noche con su manto estrellado. Fue a recostarse en su cama e inconscientemente comenzó a tararear la canción, hasta que finalmente consiguió dormir. Definitivamente esa canción la ocuparía de ahora en adelante para poder dormir.