VI. Rescate.

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VI. Rescate.

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A la mañana siguiente, desperté con la espalda recargada en el tronco donde había estado durmiendo, las brasas de la fogata intentaban arder un poco más, pero ya era visible que les sería imposible.
Ya llevábamos varias semanas viajando con el señor Ruijerd, nos había hablado mucho sobre el continente demoniaco, sobre como el era temido y llamado por el nombre Dead End y también las razones por las que no podía entrar a las ciudades.

No solo era miedo contra los Superd, la gente en general los detestaba como a la peste. Aquella historia sobre lo que habían hecho en la guerra estaba muy arraigada en el folklore de las personas por lo que mi promesa de mejorar la reputación de los Superd podría ser más complicada de lo que pensaba.

Caminar por el desierto resultaba mucho más pesado de lo que imaginaba, con el sobrepeso de mi vida anterior ya estaría muerto, pero para mí fortuna, y los buenos genes de mis padres, podía ser capaz de seguir el ritmo del señor Ruijerd y de Eris.

Hablando de ella, al principio el señor Ruijerd la trataba como a una niña, pero desde que se puso necia con la idea de enfrentar monstruos, parece que nuestro guardia se dio cuenta que la señorita Eris no es una niña. Diablos, debería alejar mis ojos de su trasero cuando digo eso pero hey, está es mi mente, aquí nadie me puede juzgar. En fin, olvidemos su trasero, por ahora.

La idea para hoy es entrar en una ciudad y dirigirnos al gremio de aventureros para comenzar a hacer misiones y con eso obtener dinero para poder pagar nuestro viaje de vuelta.

Llegar a la ciudad Rikarisu nos tomó un par de días después de haber dejado la aldea de los Migurd, sus murallas eran impresionantes, así como su la seguridad para permitir la entrada. Casi era como un paso fronterizo, supongo el señor Ruijerd y su leyenda como el Dead End los había llevado a tomar esas medidas.

No fue complicado entrar, solo un pequeño tinte de color azul para el cabello esmeralda del señor Ruijerd, una historia convincente y una pizca de actitud fueron necesarios para que el cerdo que estaba como guardia nos diera paso, y no, no estoy siendo grosero, el guardia en verdad era un cerdo, pero con músculos tan grandes que estoy seguro era capaz de pulverizar rocas.

Al entrar a la ciudad, no pude evitar ser maravillado por la misma, era como ver libros de historia, como si fuera una ciudad sacada de fábulas antiguas. Simplemente se trataba de una ciudad atractiva a simple vista, para describirlo de manera simple, como un oasis en el desierto.

Lo primero que hicimos, como estaba en el plan, era dirigirnos al gremio de aventureros para poder hacer misiones y así comenzar a ganar dinero par poder regresar. Se supone que todo debía ir tranquilo, mi plan es infalible, hacer que el señor Ruijerd "pretenda" ser Dead End, nos comenzamos a portar como un grupo bondadosa y caritativo que ayuda a todos y entonces, cuando lo vean a el, comenzarán a asociarlo con esas buenas acciones y así la mala reputación de los Superd podrá ir cambiando poco a poco.

Pero ese maldito caballo tenía que comenzar a molestar, ¡ni siquiera pudimos tomar una misión! Desgraciado. La próxima vez no detendré al señor Ruijerd, dejaré que le pisotee las herraduras, o que se las arranque ¡Yo que se! Lo que resulte más doloroso.

Mushoku Tensei: Empezar de Cero. (Vol. 2) [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora