XI. Reencuentro.

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XI. Reencuentro.

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     Estaba por anochecer, la luz de luna apenas atravesaba las densas copas de los altos árboles. Habíamos logrado que secuestraran a las niñas bestia del gran bosque, sin embargo, muchos de los guerreros fueron heridos durante la pelea.

Por ello, a pesar de estar agotados, debíamos despedirnos de los caídos.

Crearon una gran pira de fuego para cada uno de los caídos, incinerando sus cuerpos para evitar que volvieran como muertos vivientes. Los heridos solo lloraban a sus muertos, mientras lo que parecía ser un coro recitaba una melancólica canción.

Eris parecía estar afectada, mucho a decir verdad, se encontraba abrazando a un par de niñas que la habían acompañado desde su llegada junto a Ruijerd.

Durante mi encarcelamiento me encontré con un hombre bestia llamado Geese que había sido el que me explicó lo ocurrido cuando termine desmayado después del ataque con el que acabe al esclavista.

Durante mi encarcelamiento me encontré con un hombre bestia llamado Geese que había sido el que me explicó lo ocurrido cuando termine desmayado después del ataque con el que acabe al esclavista

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Me atendieron las heridas causadas por el esclavista y al despertar unas horas después, me encontré con un funeral para los muertos.

Cuando todo terminó, el líder de los guerreros de la aldea nos dirigió a una cabaña. El hombre había sido quien me capturó, de hecho, se trataba del hermano de Ghislaine, su nombre era Gyes. También estaba su padre, un sujeto más anciano de nombre Gustav.

Al estar en la cabaña, Eris simplemente se lanzó a la cama de paja y se quedó bajo la manta, Ruijerd salió, supuse que para hacer guardia, yo solo me quedé en silencio, pero estaba incómodo. Gracias a ese silencio, pude escuchar ligeros sollozos de Eris. Me acerqué a ella y sin destaparla, solo me quedé quieto para después poner mi frente sobre la suya.

«Eris, se que debes estar frustrada, pero no hay razón para estarlo. Eres fuerte, pero no habría sido muy diferente, incluso podrían haberte herido y con eso no podría vivir. Aún podemos ser más fuertes, así que trabajemos juntos para poder cuidarnos hasta volver a casa. Me esforzaré para que no te vuelvas a sentir de esta manera. A Milano estarás segura. Volveremos a casa, confía en mí.»

No sé de dónde salió ese diálogo, pero en verdad lo sentía. La voy a cuidar hasta volver a casa. Voy a protegerla como si mi vida dependiera de ello.

Me separé y ella solo se quedó en silencio, pero podía deducir que ya se encontraba un poco mejor.

Me dirigí a la cama al otro extremo de la cabaña y me puse también a dormir.

[...]

Pasamos mucho tiempo en el Gran Bosque, quizá más del que debíamos, pero esto fue gracias a la temporada de lluvias que nos impedían tomar cualquier camino fuera del bosque.

Mushoku Tensei: Empezar de Cero. (Vol. 2) [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora