Capítulo 13.- Audiencia

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Mireia

La audiencia con el príncipe era algo que no me agradaba en absoluto, habíamos dicho que esperaríamos por su respuesta, pero ¿y si su respuesta era que se comprometería con el príncipe de Landal?

—¿Qué sucede hija? —me preguntó mi madre mientras desayunábamos.

—Hoy Jessica dará su respuesta a la propuesta de matrimonio que le dio el príncipe Guillermo de Landal.

—¿Tan pronto? —era obvio que no esperaba una respuesta—. No creo que tenga realmente la edad para tomar esa decisión.

—Tampoco lo puede dejar esperando por siempre.

—No, pero son jóvenes, Jessica tiene 17 y el chico ¿22 creo? —mire a un lado frustrada.

—Apenas a cumplido 21 —le respondí.

—Vez, son demasiado jóvenes para casarse —declaró—, yo creo que debería tomarse más tiempo para…

—¡No! —grité cansada de escuchar que apoyara esto—. ¿No lo entiendes? No quiero que ella esté con él. No quiero que él me la quité.

—¿Sigues encaprichada con Jessica? —me reclamó—. Ya arruinaste tu relación con Gabriel por ese capricho no puedes tirar tu vida por…

—No es un capricho, es la única persona a la que yo amo —le respondí levantándome de la mesa—. Además, él también la ama a ella, no a mi —le dije enojada—. Ahora si me disculpas, tengo que salir ya, o no llegaré a tiempo a mi trabajo.

Ignoré a mi madre en ese momento, y fui a alistarme, cuándo terminé ya estaba un auto esperándome fuera.

—¿Te encuentras bien? —preguntó Gabriel al notar que me sentía mal.

—Solo fue una discusión con mi madre, nada importante. —expliqué, manteniendo un tono de indiferencia que usábamos cuándo no nos sentíamos listos para hablar.

Al llegar esperamos a que la sala de audiencia estuviera preparada para acompañar a Verónica que llevaba su hermosa ropa para audiencias. Su vestido era celeste claro llegando justo bajo sus rodillas y llevaba unas zapatillas del mismo color con tacón de 6 centímetros.

La presentación del título del príncipe fue igual de aburrida que la primera vez, aunque disfrute anunciar los de mi princesa.

—Príncipe Guillermo de Ladal, hace 2 meses, viniste a proponerme matrimonio —habló hacia él—. Durante dos meses me dejé conocerte. Y hoy vengo a darte una respuesta.

Hizo silencio un momento, los murmullos de quienes habían decidido venir a escuchar la decisión de la princesa. Yo sujete con fuerza mi espada, aunque sin sacarla de mi cinturón.

—Lo lamento mi príncipe, pero no puedo ofrecerte mi corazón, pues ya pertenece a otras personas.

—¡¿Cómo?! —exclamó la pequeña princesa Sofía—. Pero mi hermano es el chico más romántico y amable y…

—Perfecto, pero para mí resultó aburrido y se que si me casara con tu hermano no podríamos ser felices.

—Agradezco por su respuesta y oportunidad —respondió el príncipe antes que su hermanita pudiera hablar y ambos se retiraron.

Jessica se levantó de su silla y volteó hacia nosotros.

—Espero que hayan comprendido lo que quise decir, y que en las citas que tendré con ustedes el sábado y domingo —indicó, observándome a mi y a Gabriel de manera alternada cuándo mencionó los días—, la próxima semana, no cometan el mismo error que él, pueden retirarse por hoy.

Ella se alejó dejando a todos los presentes, incluyendo a Gabriel y a mi conmocionados.

Enamorados de una PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora