•CAPÍTULO 1•

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**✿¡𝓗𝓸𝓵𝓪 𝓔𝓵𝓲𝓳𝓪𝓱! ❀✿**

Un sonido que podria ser molesto para algunos era también una alegría para muchos otros, ese sonido que salía y retumbaba las aulas en señal que el día (en horario escolar) había dado su fin

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Un sonido que podria ser molesto para algunos era también una alegría para muchos otros, ese sonido que salía y retumbaba las aulas en señal que el día (en horario escolar) había dado su fin.

Alumnos, con alegría y desespero, sa
lían en manada de sus aulas para así poder ir a sus casas a alimentar sus estómagos que hacia más de tres horas que no habían probado bocado, cosa que les molestaba bastante.

Con sus traseros adoloridos a causa de estar sentados durante tanto tiempo, se acumulaban en las puertas de salida las cuales nunca se se abrían por completo, cosa que les irritaba aún más pero era más soportable porque ya podían salir de lo que ellos consideraban, "cárcel".

Aquel chico de dieciséis años observaba desde lejos al gran grupo de alumnos que estaban en la puerta mientras que él aún estaba ahí, sentado, en clase de refuerzo, a pesar de que ello le molestaba no se podía quejar, al fin y al cabo él lo había elegido por su cuenta.

*:..。o○ 𝚄𝚗𝚊 𝚑𝚘𝚛𝚊 𝚍𝚎𝚜𝚙𝚞é𝚜 ○o。..:*

Esa hora, llena de ecuaciones, álgebra y problemas matemáticos, había terminado, un pequeño grupo de aproximadamente de nueve personas caminaban con tranquilidad hacia la salida, entre ellos aquel chico de piel oscura y cabellera blanca rapada.

_¡Hey, Elijah! -llamó la atención del chico- T'a agradat la classe de hui? Nosaltres estàvem dient que ha sigut molt difícil.

Al estar en Alicante, dentro de la comunidad Valenciana, las clases eran en otro idioma, el valenciano o catalán, cosa un poco difícil de comprender pero a la vez muy fácil.

_Sí, ha sigut molt difícil però, per sort a passat molt ràpid -contestó el chico.

Normalmente a los extranjeros no hispanohablantes les suele dificultar bastante entender las famosas lenguas secundarias de cada comunidad autónoma como el euskera, el gallego o el valenciano/catalán.

Para Elijah no fue algo realmente complicado ya que, a pesar de ser de Irlanda se le daba de lujo el español y también sus lenguas secundarias. Siempre fue bueno en los idiomas y siempre lo será... O al menos esa es su intención.

Ya fuera de aquella institución, todos se separaron yendo cada uno por su lado después de despedirse adecuadamente. Elijah, caminaba con tranquilidad hacia su hogar en el cuál le esperaba su hermana menor, Claudia.

En la gran ciudad en donde se encontraban era realmente extraño encontrar casas en vez de edificios pero en las afueras o lugares muy antiguos se podían encontrar algunas casas, algunas bastante dañadas aunque otras en perfecto estado.

Con un poco de dificultad saco sus llaves decoradas con bastantes llaveros y artilugios. A pesar de no tener demasiadas llaves siempre le dificultaba buscar y colocar la llave correcta en el picaporte, su hermana siempre le decía que era por llevar tantos llaveros pero él hacia caso omiso.

Ya colocada la llave correspondiente en aquel orificio movió ligeramente su mano a la derecha abriendo la puerta de madera antigua con algunos detalles dorados y un poco de moho con setas en el centro.

Al entrar a aquella pintoresca casa dejo sus llaves en el mueble de madera a su derecha mientras miraba su cara en aquel espejo flotante. Su piel de color marrón oscuro, sus ojos grandes y de tonos marrones grisáceos y su cabeza rapada a medias por lo cual podía resaltarse un poco el color llamativo y contradictorio de su pelo ; el blanco como la mismísima nieve.

Mientras él estaba fijándose detenidamente en sus fracciones faciales su hermana lo observaba desde lejos burlesca, esperando el momento exacto en el cual atacar, asustandolo y el el mejor de los casos, hacer que, a causa de la impresión, se cayera al suelo.

No mucho después, el momento ideal había llegado, con sigilo y con cuidado se fue acercando poco a poco a su hermano; aún distraído, con la intención de dar el golpe de impacto. De puntillas bajaba las escaleras con (lo que ella pensaba) un sigilo descomunal.

_ ¿Quieres algo, Claudi? -pregunto de repente Elijah, moviendo sus ojos para verla directamente.

_ ¡Eh! ¡Pero si ni siquiera he hecho ruido! -exclamó la joven.

_ Aja... ¿Recuerdas que soy brujo o te lo tengo que volver a explicar? -señalo con obviedad.

_ ¡Pero...! ¡Pero eso no es...! -gruño-... La comida esta en la mesa... Por si el gran brujo no lo había notado.

Elijah, con gracia acarició el pelo de su hermana en forma de caricia, despeinandola para a continuación caminar hacia su habitación; en el piso segundo, para así dejar su ; bastante pesada, mochila y así poder comer con tranquilidad, sin ningún peso sobre su cuerpo.

---------Continuará...---------

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