26.- SUSPICACIAS

76 3 0
                                    




Brittany miró a su alrededor, examinando los artículos uno a uno, cada uno más curioso que el anterior y de inmediato se preguntó: ¿cómo es que nunca había entrado a una sex shop en su vida? Pero la respuesta era clara. Luego de que Santana desapareciera de su vida, el apetito sexual de la rubia se redujo considerablemente y bueno, el sexo con Artie, hacía muchos años que había dejado de ser divertido y excitante.

Cada noche una duda la asaltaba, ¿acaso todos los matrimonio sufrían lo mismo que el suyo? Porque de ser así, entonces para qué casarse si la vida personal se tornaba aburrida en todo sentido. Quizás por eso existía la infidelidad, para sentir esa adrenalina producida por la pasión y ¿el peligro? Sin embargo, Brittany sentía que ese no era su caso. A decir verdad, la relación adúltera que tenía con Santana iba más allá, habían profundos sentimientos de por medio, aunque éstos fueran inconclusos.

La mujer siguió su recorrido teniendo en mente un producto en particular, estaba decidida a no dejar aquel lugar no sin antes comprar lo que quería, pero sus ojos curiosos la estaban retrasando. De hecho, su atención se desviaba frecuentemente hacia los pocos consumidores que también visitaban la tienda, todos parecían nerviosos de estar ahí, algunos sólo entraban por algunos minutos y luego se iban sin comprar nada, otros tomaban un artículo sólo para abandonarlo en su lugar y luego tomarlo de nuevo. Brittany no entendía por qué se sentían tan avergonzados, porque en su lógica no había nada de malo en que el sexo fuera diferente y esto radicaba en la individualidad de la persona. Además, cuando existe amor de por medio, las cosas son mucho más emocionantes.

Después de unos minutos, Brittany encontró lo que estaba buscando. "Wow." Suspiró la joven mujer con asombro cuando sus ojos celestes observaron toda la variedad de objetos, todos tenían el mismo objetivo pero cada uno era tan diferente al anterior que era difícil escoger uno en particular. Su mano derecha tomó la caja de uno que bien podía encajar en las exigencias de su amante, parecía ser el indicado en cada aspecto... su mirada buscó algún otro que pudiera superar su primera elección pero no encontró nada.

Era una difícil decisión, ya que no la había discutido con Santana; existía una pequeña posibilidad de que la morena se negara a compartir esta nueva etapa que Brittany quería experimentar con ella. Sin embargo, Santana López jamás en su vida se había negado a cumplir los deseos de la rubia y ésta tenía la plena certeza de que esto no sería la excepción, por lo que se dio la media vuelta y se dirigió hacia el mostrador para pagar el producto.

"Hola." Dijo la chica tras el mostrador con una amable sonrisa. "¿Encontraste lo que buscabas?"

"Espero que sí." Respondió Brittany mientras colocaba la caja sobre el mostrador. La chica alzó una ceja, cuestionando a su cliente de manera silenciosa. "Sucede que no le he dicho a..." La bailarina se mordió el labio con un poco de emoción. "A mi novia de esto. Quiero que sea una sorpresa."

La chica dejó escapar una pequeña carcajada al mismo tiempo que tomaba la caja para iniciar la compra, "Al principio muchas chicas dudan, pero créeme, le va a gustar." El rostro de Brittany se iluminó al escuchar eso, después de todo, ella sabía su negocio, ¿cierto? "¿Puedo ofrecerte uno de éstos?" La joven tomó del mostrador una pequeña botella que de inmediato le ofreció a la rubia. "Las primeras veces puede que los nervios impidan... uhm, la lubricación natural."

Brittany examinó la botella, leyó cada uno de los ingredientes cerciorándose de que no contuviera algo que pudiera afectar a su amante. "Sí, también lo quiero."

"Muy bien, el total de tu compra son sesenta y tres dólares con noventa. ¿Cómo quieres hacer tu pago? ¿Con efectivo o tarjeta?" Preguntó la chica una vez que ambos productos fueran colocados en una bolsa con el logotipo de la tienda.

THE PROVE OF OUR LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora