35.- DESPEDIDA

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POV SANTANA:

Mis ojos se movían de Brittany a Emily, mi corazón palpitaba, mi mundo giraba, me sentía expuesta. Deje caer pesadamente los brazos y el papel del resultado de la prueba de embarazo, se deslizó entre mis dedos. Vi cómo caía de izquierda a derecha, dejándose llevar por el aire.
Cayó cerca de Em, quien hizo un movimiento y lo tomó en sus manos. En su rostro se dibujó una sonrisa, pero no supe descifrarla.

"Santana, te enteraste... ¡Brittany felicidades! Artie me dijo que estaban intentándolo hace tiempo."

Las palabras de mi esposa me golpearon de frente y sentí que el enfriamiento instantáneo nacía desde mi corazón, recorriendo y solidificando todo mi cuerpo. En fracción de segundos estuve tan fría que me rompí.

"¿Lo sabías San? ¿Sabías que Brittany y Artie querían un hermanito para Sam?"

Sentí cómo Emily al mencionar estas palabras se acercaba a mí y enredaba mi brazo con el de ella. Mis ojos se clavaron en los de Britt, buscando una respuesta. La vi abrir y cerrar la boca varias veces, pero ninguna de esas veces escuché sonido. El único sonido que escuchaba era el de Em diciendo palabras que parecían picahielos, que rompían y hacían pedazos mi interior congelado.

S: "¿Es cierto?" Dirigiéndose a Brittany.

B: "San..."

E: "Santana, mi amor. ¿Cómo preguntas eso?"

S: "Ya, este...yo..."

E: "Claro que es cierto. ¿Por qué crees que dejaron a Sam sola? Artie muy lindamente acompaño a Brittany al médico."

S: "¿Britt?"

POV BRITTANY:

Santana me había hecho una simple pregunta y yo me debatía entre la verdad y la
mentira. Todo había quedado atorado en mi garganta. ¿Cómo le diría que Emily sabía que el hijo no era de Artie? ¿Cómo le diría a San que su esposa había descubierto su infidelidad y que nuestro amor clandestino tenía un fruto? Que de nuevo yo estaba embarazada del amor y no de la persona con la que estaba. Que años después la historia se estaba repitiendo, que el destino nos estaba jugando una mala broma. Que ahora es peor que cuando éramos adolescentes, porque ahora el compromiso es mayor, que ahora hay consecuencias horribles.

Sonidos en las escaleras obligaron a Emily y Santana a girar. Era Artie ayudado por Puck.
La sonrisa de Puck era un poco maquiavélica y la inexpresión de mi esposo se suavizó al decir: "¿Ya les dijiste a ellas que tendremos un hijo?"

Vi cómo los músculos del cuello de Santana se ponían rígidos y esa expresión de maldad volvía. Su rudeza y crueldad la bañaron y dijo: "Felicidades, creo que Emily y yo debemos irnos. Tenemos tanto de que hablar."

La vi desaparecer en el umbral de la puerta y escuché también cuando el auto se puso en marcha. Parecía que mis pies estaban hundidos en concreto y que mi boca se había cerrado para no emitir palabras, que había un dique que no dejaba correr las lágrimas. Mis piernas flaquearon y me dejé caer.
Sam dormía profundamente. Me acerqué a ella y el dique cedió, mis lágrimas salieron a borbotones llenando mis mejillas, mi cuello y dejando un vestigio de su vida en el cuello de mi playera. Vi a mi hija, toque mi vientre y supe que ya no podía seguir haciendo lo que hacía. Mentir, engañar, ser infiel, amar incondicionalmente a alguien que había salido por la puerta con su esposa.
Supe que no podía seguir atada al hombre en silla de ruedas solo por agradecimiento, por costumbre, porque sí. Porque aunque intentara ver en mi interior, no encontraba una razón real, un sentimiento genuino.

Tres días pasaron. Días que no supe o no quise saber de Santana. Solo escuchaba las quejas de Puck mientras hablaba con Artie, contándole cómo Beth y Quinn ahora tenían una hermosa relación.

THE PROVE OF OUR LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora