Christopher dobló el pequeño papel que se encontraba entre sus dedos cuidadosamente, y luego miró a su alrededor con ojos inquietos, para confirmar que nadie se encontrase mirándolo.
El gran salón de ética se encontraba casi vacío, pues aún faltaban unos cuantos minutos para que el reloj marcase las once y media de la mañana, y el comienzo de la clase, la única que compartía con Minho.
Sólo se encontraba Christopher dentro, sentado en su pupitre habitual, al medio del aula, y unos cuantos estudiantes adormilados más.
El pelinegro llevó su temblorosa mano hacia el pupitre próximo al suyo, el cual Minho siempre utilizaba, depositando en éste su poema más reciente para el dueño.
Acomodó perezosamente la capucha de su sudadera, sin dejar de observar la hoja de cuaderno doblada. Decidió apartar la vista, porque estaba seguro de que si seguía mirándola se iba a arrepentir y terminaría guardando el poema para siempre o tirándolo al bote de la basura, y, en el fondo, no quería eso, quería que Minho lo leyese.
Incluso aunque nunca supiera que Christopher lo había escrito.
Se acomodó sobre sus brazos arriba de la mesa escondiendo su rostro entre éstos, cerró los ojos y fingió dormir.
Suspiró pesadamente, sintiendo como su pulso se aceleraba ante la simple expectación, al mismo tiempo en que una batalla comenzó a desarrollarse en su cabeza.
Se trató de prometer a sí mismo que esa sería la última vez que le escribiese a Minho, la última vez que le dejase un poema anónimo. No pudo evitar sentir como la nostalgia se expandía por su pecho, pues se sentía como una despedida.
Se llamó a sí mismo cobarde, por ser incapaz de declararse a su amigo por miedo al rechazo, por miedo a ser humillado e incomprendido.
Comenzaron a aparecer pensamientos mixtos en su cabeza y estuvo completamente confundido por unos segundos, ya no sabía qué hacer.
Sentía como si hubiese perdido una guerra en la cual ni siquiera había luchado, porque estaba seguro de que fallaría.
Christopher siempre fue una persona segura en cuanto a sus acciones y decisiones, pensaba con la cabeza fría, y si las cosas no resultaban como él planeaba, simplemente buscaba soluciones prácticas, no se complicaba demasiado la existencia. Excepto en el plano sentimental.
Cuando de amor se trataba, el chico siempre era incierto e inseguro. Nunca había sentido que lo amaran de esa manera incondicional, como veía en las películas o en dramas, y las pocas personas de las cuales había gustado antes que Minho sólo lo lograron decepcionar de sobremanera. Jamás había sido correspondido, y se culpaba a sí mismo por eso, por no ser lo suficientemente interesante o talvez atractivo.
Y esta vez no era la excepción.
No se sentía suficiente para Minho, en ningún sentido.
Pensaba que, si se armaba de valor para simplemente decirle todo al menor, éste se reiría y pensaría que le estaban gastando una broma, o lo miraría extrañado como si fuera un fenómeno, o peor: lo rechazaría amablemente para luego comenzar a evitarlo, tal como había sucedido con Hyunjin y Seungmin.
Un escalofrío recorrió su cuerpo al recordar la situación de sus amigos, y sintió repentina lástima por Hyunjin.
Hizo un puchero, rezongando infantilmente. Se estaba hundiendo en su propia desgracia, por lo que decidió ver el lado positivo de la situación.
Christopher pensaba que lo único bueno era el desahogarse, mediante sus poemas. El hecho de expresar todo lo que sentía tan prohibido hacia Minho era liberador, y más si se los hacía llegar, de alguna u otra forma.
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ᴛʀᴏᴢᴏꜱ ᴅᴇ ᴇꜱᴛʀᴇʟʟᴀ •° 𝙼𝚒𝚗𝚌𝚑𝚊𝚗 °•
FanfictionEl último poema anónimo de Chan para Minho... Minchan/Banginho/Chanho ••ESTA ES UNA ADAPTACION•• ♡ Autora original: @honeywolves ♡ ••HISTORIA CORTA•• Inicio: 10 de abril, 2022 Termino: 11 de abril, 2022