3: Fiesta.

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Quedaban dos horas para que la fiesta de Clyde comenzara. Butters estaba demasiado nervioso. No paraba de pensar en lo que pasaría al volver. Quería quedarse en casa pero no podía.

Una hora, solo una hora. Como Clyde vivía cerca de Leo podía irse a los quince minutos. En cambio sus amigos tenían que salir de sus casas media hora antes. Lo único bueno es que los padres de Butters le avisaron de que se iban a ir a cenar con unos amigos y que volverían a las doce de la noche o más. Eso le alegró ya que así no tendría que irse por la ventana.
Cuando escucho a sus padres arrancar el coche e irse Leo se preparó para marcharse de casa durante unas dos horas. Agarró el móvil, los auriculares, un cargador y un poco de dinero por si acaso. Nadie sabía que podía pasar, a lo mejor sus amigos llegaban a estar tan borrachos hasta el punto de no poder ni caminar y necesitaban el dinero para llevarles a casa.
Metió todo eso en una mochila pequeña y salió de su casa por la puerta principal. No sin antes mirar por la ventana, asegurándose de que sus padres no estaban a pesar de haber escuchado como se iban. Efectivamente, no estaba su coche, lo cual indicaba que no estaban. Este salió de su casa y comenzó a caminar hacia casa de Clyde ya que quedaban 20 minutos para que la fiesta empezará.

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Ya estaba en casa de Clyde, con sus amigos. La fiesta comenzó y todos empezaron a beber y a coquetear con chicas. Butters creía que iba a ser una fiesta sin mucha gente, pero literalmente vinieron todos los de la clase y gente de cursos superiores al nuestro. Los chicos coqueteaban con las chicas y las chicas golpeaban a muchos de los chicos por las cosas que decían. Yo solo me senté en el fondo y decidí escuchar música e irme a las 23:40 o menos. Vamos, que iba a estar 2 horas y un poco más. No iba a beber ni nada de eso.

De repente, Eric apareció con Stan, Kyle y Kenny. Me ofrecieron una botella de alcohol.
-Oh, no quiero. Gracias.- ellos insistieron. Siguió negándose hasta que este acabó aceptando. Bebió un poco, quejándose por el sabor al instante.
-¿Es tu primera vez bebiendo?- Dijo medio riendo Cartman. Leo asintió con la cabeza. Todos se sorprendieron ya que todos ya habían bebido por primera vez hace años.

A Butters le acabó gustando el sabor ya que sus amigos le presionaban para beber más y más hasta que le gustara. A partir de ahí no hizo falta que le metieran presión para eso. Él bebía solo. Al final todos estaban borrachos, sin estar conscientes de lo que hacían.
Todos acabaron coqueteando entre todos, sin importar su género. Chicos y chicas, chicas y chicas o chicos y chicos.
Eric estaba coqueteando con Butters. Este solo le seguía el rollo. Ambos se acercaron entre ellos, haciendo que sus labios estuvieran cada vez más cerca. De repente, Clyde se subió a una mesa, comenzó a retar a personas al azar a hacer diferentes cosas. La segunda persona en ser retada fue Leo. Le dijeron que fuera a la calle y gritara que odiaba a sus padres o lo que sintiera por ellos. Como él no era consciente de lo que podía provocar que hiciera eso por el efecto del alcohol aceptó. Salió de casa de Clyde y gritó:
-¡Odio a mis padres, siempre me hacen sentir muy mal conmigo mismo! Hip ¡No saben hacer otra cosa que no sea gritarme y provocarme problemas mentales y golpearme yy... Ah, y castigarme por la mínima cosa que hago! ¡Les odio!- Al decir eso, sintió un gran alivio. Como si se quitara un peso de encima. Todos le felicitaron hasta que de repente, alguien le tocó el hombro. Se giró y vio a su padre. Al parecer habían vuelto antes de tiempo. Muy antes de tiempo.
-Estas en graves problemas.- Dijo su padre con una voz firme. No le dió tiempo a recoger su teléfono ni nada de lo que se había llevado antes de que su padre le arrastrará hacia su casa. Leo no hacía nada más que llorar y suplicar que le dejará explicarle todo lo sucedido. Todo lo que decía era ignorado por su progenitor. ¿Los demás? Estaban algo preocupados, pero se negaban a hacer algo para ayudarle. En cambio Eric sintió mucha pena por Butters, como nunca la había sentido. Quería correr e intentar salvarle. Pero cuando iba a hacerlo ya era tarde. No podía ver ni a Butters ni a Stephen. Eso le preocupó. ¿Qué podría estar pasándole a Butters? ¿Estaría bien? No lo sabía, y creyó que de momento nadie haría nada para saberlo.

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Dicho y hecho. Todos siguieron con la fiesta como si nada. Incluyendo a los amigos de Butters, quienes se suponía que se debían preocupar mucho más y ayudarle. Solo Eric mantuvo una preocupación hacia él. Una preocupación que no se fué ni al final de la fiesta.

Mientras los demás bailaban, Leo estaba sufriendo, estaba gritando y suplicando ayuda, pidiéndole a sus padres que dejaran de golpearle y hacer otras cosas con él. Theodore era consciente de ello, eso le entristecía. De repente, se encontró una mochila en el suelo. La agarró y revisó lo que había dentro. Pudo ver que había un teléfono móvil y algunas cosas a las que no les prestó atención. Se fijó en el móvil. Era exactamente igual que al de Butters. Decidió quedársela hasta que viera a Butters y se la diera. A pesar de que era probable que no le volviera a ver.

En que momento. (Cartters)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora