1. no! no! no!

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CAPITULO 1

Una vez me dijeron que si logras descubrir la forma de las nubes, encontraras los misterios de Dios, lo cual nunca creí. Las nubes tienen formas, como estrellas o pequeños mundos en el cielo. Las nubes son lo que nos separa de ver aquello hermoso que no podemos ver, el profundo e inalcanzable humanamente posible cielo, o en otras palabras el firmamento.

Miro el cielo y puedo contemplar perderme en él; olvidar todo e imaginar otra vida, fuera del peligro humano, fuera del veneno de la boca de muchos, que solo viven para amargar, y meterse en problemas que no les incumben.

Me encanta sentir como el viento mueve mi melena, como refresca mi piel y calma todo a su paso. Con el viento me pierdo, y puedo dejar que me guie a lugares que no conocía. Pero, todo esto pasa cuando dejo volar un poco mi imaginación y me escondo en los muros del ático de mi casa, rodeada de todas las cosas viejas que no se usan hace años.

Aquí donde vivo no hay mucho campo para la imaginación, yo Noah Brown quisiera vivir en un campo lleno de flores y arboles donde solo yo pueda encontrarme y alejarme de la pura y mala realidad que vivo.

Tengo las piernas cruzadas y mi espalda pegada a la pared, me encuentro encerrada en el ático para así no tener que cerrar mi imaginación y enfrentarme a la realidad. Mi cabeza está inclinada hacia atrás y mis manos a mis costado mientras que mi cabello esta hecho un asco. Sigo imaginando otra vida hasta que suena el reloj digital que se encuentra en mi muñeca y me indica que es hora de bajar a cenar, con esto salgo de mi ensueño y logro ponerme de pie, para así bajar y poder alimentar el hueco de mi estómago.

Bajo las escaleras del ático mientras arreglo un poco mí cabello y cierro la puerta. Camino hasta bajar por las escaleras y llegar a la cocina; mis fosas nasales son llenas por un olor delicioso. Siempre ame la comida de mi madre, ¡tiene una sazón increíble!.

Llego hasta el mesón de la cocina y me subo en unos de los taburetes que se encuentran al otro lado de donde está mi mamá, siempre hemos sido nosotras dos, mi padre murió cuando yo era muy pequeña y no lo recuerdo muy bien. Ella se encuentra en la estufa y por lo que puedo olfatear, huele a pasta con carne, aaaaaamo la pasta con carne. Ella se gira hacia mí y me da esa sonrisa cálida que tanto amo.

-veo que ya te dio hambre-dice con un tono burlón

-¿porque crees que tengo hambre?-respondo curiosita.

-porque bajaste ese ático- dice señalando el techo- y, ese hueco que tienes en ese estomago nunca se llena- dice mientras me sirve la comida

Mi madre coloca el plato en frente de mí y no dudo en devorar la pasta de un solo mordisco; estoy por meter el cubierto en mi boca cuando mi madre me interrumpe

-De ahora en adelante tenemos que bendecir los alimentos- dice y me indica bajar mi cubierto lleno de pasta- vamos cierra los ojos-

Toma mis mano y las entrelaza con las suyas, cierro mis ojos y ella pronuncia una oración. Todavía no cabe dentro de mi cabeza que mamá es cristiana. Hace dos semanas que ha comenzado a asistir a una congregación, no muy lejos de la casa. Yo solo sé que la evangélica es ella no yo.

Ella termina la oración y yo comienzo a devorar la comida.

-¿Porque si yo no soy cristiana tengo también que orar contigo?- pregunto entre mordiscos.

-te vas a tener que acostumbrar- dice en un tono molesto.

-no tienes porqué obligarme- respondo- tienes que esperar mi decisión- digo defendiéndome.

-Respetare tu decisión, pero tendrás que ir este miércoles a la iglesia conmigo-dice terminando de comer.

-pero yo- antes de terminar la frase ella me interrumpe.

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⏰ Última actualización: Apr 19, 2022 ⏰

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