Ella es la tranquilidad y la paciencia de sus hermanos.
El amor que ella siente por sus hermanos es tán grande que ella daría su vida sin pensarlo por alguno de ellos.
Todo iba bien hasta que una fatalica noche aparece su hermana muerta en el río.
D...
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Sigo en mi habitación con las sábanas hasta la cabeza y es que aunque hayan pasado unos días sigo sin asimilar que ella ya no está, que me quedé sin sus sonrisas, sin sus consejos, sin ella.
Me duele el pensar que se tiro del puente, me hace sentir culpable porque igual si yo hubiera estado más con ella no hubiera pasado o igual si simplemente esa noche no la hubiera dejado salir o hubiera ido estado con ella.
Pero los hubiera no existen así que solo me queda superar el dolor.
Me levanto y miro la hora, poco falta para que den las ocho de la noche y a esa hora llegan mi hermanos. Rápido me lavo el rostro y peino mi cabello para que no se note mi estado emocional, evito a toda costa el espejo del baño.
Todo dentro de mí está destrozado con su partida, siempre estábamos juntas y el ahora quedarme sola no ayuda.Los cuadros y sus fotos colgadas por la casa todavia me hacen más daño, el verla hay sabiendo que ya no está duele como mil espadas ardientes en el corazón.
Me siento en el sillón de la sala y al notar algo húmedo en mis manos noto que he vuelto ha llorar.
no sabes el daño que me hiciste alma - murmuró mirando su retrato, mis manos Comienzan a temblar - ¡Me dejaste sola! - grito y por primera vez siento algo aparte de tristeza y es rabia.
Una rabia incontrolable que me hace levantarme del sofá para romper el cuadro de su foto en mil pedazos contra el suelo, no conforme arrasó con todos los retratos, al igual que lo jarrones, cortinas, todo hasta dejar la sala como si hubieran entrado a robar. Me derrumbo en un rincón sacando todo lo que oprime mi interior, llorando hasta sentirme seca, aliviando lo que no pude hace días.
- ¡güera! ¡Güera! - escucho los gritos preocupados pero mi llanto no me permite hablar.
Escucho pasos apresurados y enseguida noto la presencia de mis hermanos delante de mí.
Pero no me atrevo a levantar el rostro de mis rodillas.
- güera,¿Estas bien, te hicieron algo? - Flavio me pregunta pero niego sin saber bien si me ven.
