𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍 | ❝ Intentare que el arcoíris vuelva
a estar presente en tu cielo ❞
En donde un trueno se hace presente en el cielo soleado de Noah Mckinnon dándole inicio a una horrible tormenta y llega Sirius Black a inten...
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EL CHICO MCKINNON corría de un lado a otro mientras esquivaba los maleficios, era la ultima semana de clases y los mortífagos se habían infiltrado en Hogwarts, el castillo estaba hecho un completo desastre mientras que los alumnos corrían por sus vidas intentando defenderse a si mismos y a sus amigos.
—¡Expulso!—grito el rubio apuntando a un mortífago que tenia intenciones de atacar a unas niñas de tercer año.
Noah siguió corriendo y tirando maleficios a todo mortífago que se le cruzara, estaba intentando buscar a su hermana, novia y amigos. Sin embargo, no los encontraba por ningún lado.
De pronto escucho un grito, provocando que rápidamente girara su cabeza y la fijara en una niña de primer año de su misma casa que estaba intentando luchar ella sola contra otros dos mortífagos.
—¡Petrificus totalus!—ambos mortífagos quedaron inmóviles en cuanto el hechizo de Noah les pego justo en sus espaldas.
El Hufflepuff se acerco a toda prisa a la niña para asegurarse de que estuviera bien, tenía algunos raspones en sus rodillas al igual que parte de su uniforme estaba roto y lleno de suciedad, pero fuera de eso no tenía heridas graves.
La cargo en sus brazos estilo princesa y la llevo rápidamente hacia el lugar donde otros alumnos de cursos superiores estaban resguardando a los más pequeños. La niña le dedico una sonrisa de agradecimiento, Noah se la correspondió y se dio la media vuelta para seguir luchando.
Pasaron casi dos horas cuando los mortífagos se fueron, al parecer se dieron cuenta que estaban perdiendo la batalla y si seguían luchando la mayoría de ellos iban a morir.
—¡Noah!
El rubio se dio la media vuelta y sonrió ampliamente al sentir los brazos de su hermana menor rodeándolo, se aferró a ella agradeciendo de que se encontrará bien.
—¿Dónde están los demás?—pregunto Noah separándose del abrazo.
—Escuche a la profesora McGonagall decir que algunos se estaban reuniendo en el gran comedor—respondió Marlene—Creo que hubo fallecidos, la mayoría de cursos superiores que intentaban proteger a los pequeños.
Aquellas palabras fueron suficientes para que Noah se alterara y comenzará a caminar a toda prisa al gran comedor con su hermana siguiéndolo de cerca, en cuanto llegaron pudieron ver a los merodeadores abrazándose, parece que ellos estaban bien.
Marlene sonrió ampliamente al conectar sus ojos con los de Dorcas y se acerco rápidamente hacia ella para juntar sus labios en un tierno beso.
—Noah...
El chico Mckinnon se dio rápidamente la vuelta y sonrió un poco de lado al ver que Lily se encontraba bien, solo tenía un moretón en la mejilla y su blusa estaba algo quemada pero nada tan grave.
Sin embargo, su sonrisa se deshizo al ver detrás de la chica Evans. Sintió como si le arrancaban una parte del alma y después empezaban a torturarlo con la maldición cruciatus.
Las lagrimas comenzaron a resbalarse por sus mejillas sin parar y el no hizo nada para quitarlas, dio unos pasos hacia adelante esquivando a Lily y se arrodillo sobre el suelo.
—Harriet...—murmuró tomando el rostro de su novia entre sus manos.
La chica Scamander no respondió, su cuerpo estaba frio y pálido. Noah rompió en llanto sin dejar de abrazar su cadaver.
—¿Por que?—pregunto Noah entre sollozos—Se supone que nos íbamos a casar luego de graduarnos y formar familia juntos.
El rubio sintió unos brazos rodeándolo, fácilmente reconoció que se trataba de Marlene. Recargo su cabeza en el pecho de su hermana sin soltar a Freya, las lagrimas seguían resbalándose por sus mejillas una tras otra sin parar.
