Camilo Madrigal x tn

<-----CAPITULO 116----->

a la mañana siguiente tn se alisto y salió de casa en dirección al parque donde había quedado de verse con sus amigos y su novio, cuando iba llegando vio que Camilo y Mirabel ya habían llegado, y noto que Ramon estaba llegando desde el otro lado del parque 

ya estando juntos Mirabel pregunto -y que quieren hacer?

-¿vamos a los juegos no?- respondió Camilo

los cuatro fueron a los juegos del parque, mientras Ramon y Mirabel jugaban en la resbaladilla Camilo y tn estaban sentados jugando y platicando en los columpios 

-¿en serio te gustan los columpios verdad?- le pregunto Camilo a la chica 

-jaja si, ¿por que?

-oh no por nada solo que se nota que te diviertes mucho- respondió el con una sonrisa

-la verdad es que amo como se siente el aire en mi cabello cuando me elevo, siento como si estuviera volando, abecés desearía poder llegar mas alto 

-creo que yo puedo ayudarte con eso- exclamo Camilo levantándose del columpio y parándose detrás de la chica -agárrate fuerte

tn hizo caso a la instrucción del chico para luego sentir sus manos en la espalda y sabiendo perfectamente lo que haría simplemente sonrió y espero a que la empujara 

después de un rato jugando en los columpios Camilo dejo de empujar a la chica y se sento a su lado 

-y dime, volaste mas alto?

-si!!, gracias Cami estuvo increíble- exclamo la chica felizmente para luego darle un tierno abrazo 

-jaja no es nada bonita 

luego de eso Mirabel y Ramon se acercaron con ellos para ir por un helado y sentarse en una banca a platicar un buen rato, hasta que empezó a oscurecer fue que tn se despidió de Mirabel y de Ramon mientras Camilo solo se despedía de Ramon y le dijo a su prima que se verían en un rato 

Ramon se fue a dejar a Mirabel y Camilo acompaño a tn a casa, cuando llegaron la chica se despidió de el con un beso en los labios para después entrar a casa y ver a toda su familia sentada en la sala

-que bien, ya llegaron- dijo la chica 

-hija ven siéntate, tenemos que hablar- hablo el padre de tn 

ahí fue cuando ella se dio cuenta de la seriedad con la que se encontraban, y preguntándose que es lo que había pasado obedeció a su padre y se sentó en la sala con ellos