25 | invisible

1K 144 33
                                    


.:. CHAPTER TWENTY-FIVE .:.
( INVISIBLE )

                   ESA NOCHE LYRA SE FUE a acostar como generalmente hacia pero se sintio extraña, Hermione no estaba ahi

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


                   ESA NOCHE LYRA SE FUE a acostar como generalmente hacia pero se sintio extraña, Hermione no estaba ahi.

Las dos simpre acostumbraban a hablar un rato antes de dormir y eso era lo que le faltaba a la rubia.

Espero a que sus compañeras de cuarto se durmieran, para salir y encontrarse con Harry y Ron.

-¿Por que tardaste tanto? -se quejo Ron.

-Lavanda no se dormia, no paraba de hablar.

-Lavender -la corrigió.

-Bueno, como se llame.

El recorrido por los corredores oscuros del castillo no fue en absoluto agradable. Habia profesores, prefectos y fantasmas circulaban por los corredores en parejas, buscando cualquier detalle sospechoso.

Era una noche clara y estrellada. Avanzaron con rapidez guiándose por la luz de las ventanas de la cabaña de Hagrid, y no se desprendieron de la capa hasta que hubieron llegado ante la puerta.

Unos segundos después de llamar, Hagrid les abrió. Les apuntaba con una ballesta, y Fang que ladraba furiosamente detrás de él.

-¡Ah! -dijo, bajando el arma y mirándolos- ¿Qué hacen aquí los tres?

-¿Para qué es eso? -preguntó Harry, señalando la ballesta al entrar.

-Nada, nada... -susurró Hagrid- Estaba esperando... No importa... Sientense, prepararé té.

Parecía que apenas sabía lo que hacía. Casi apagó el fuego al derramar agua de la tetera metálica, y luego rompió la de cerámica de puros nervios al golpearla con la mano.

-¿Estás bien, Hagrid? -dijo Harry- ¿Has oído lo de Hermione?

-¡Ah, sí, claro que lo he oído! -dijo Hagrid con la voz entrecortada.

Miró por la ventana, nervioso. Les sirvió sendas jarritas llenas sólo de agua hirviendo (se le había olvidado poner las bolsitas de té). Cuando les estaba poniendo en un plato un trozo de pastel de frutas, aporrearon la puerta.

Se le cayó el pastel.

Los tres amigos intercambiaron miradas de pánico, se echaron encima la capa para hacerse invisibles y se retiraron a un rincón oculto.

Tras asegurarse de que no se les veía, Hagrid cogió la ballesta y fue otra vez a abrir la puerta.

-Buenas noches, Hagrid.

Era Dumbledore. Entró, muy serio, seguido por otra persona.

El desconocido era un hombre bajo y corpulento, con el pelo gris
alborotado y expresión nerviosa.

✓ | lyra y la cámara de los secretos [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora