Little Death

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| Contiene lenguaje sexual explicito |

¿El dolor fue una excusa? No, simplemente lo que seguía sucediendo era por el gusto de ambos. Podían haberse detenido.

Pero no lo hicieron.

No, no pensaron en las consecuencias que habría.

Ran cubría la boca de Mitsuya, recargaba su cara en su espalda, sus caderas se movían con fuerza, con una rudeza que el desconocía, Ran nunca hacía caso a lo que le mandarán, pero ese día obedeció la petición de Mitsuya, sin dudarlo. Subió sus labios hasta su hombro sólo para decir con voz agitada.

"Si duele mucho me detengo" 

El cuerpo de Mitsuya estaba rígido aún no se acostumbraba al tamaño del trenzado. Asintió a lo que Ran le susurró en el oído con la voz agitada.

Otra estocada y el espasmo en el cuerpo de Mitsuya hicieron que arquera la espalda, las trenzas se iban desamarrando con cada movimiento el cabello de Ran le hacía cosquillas.

Su mente estaba en blanco, disfrutando, pensando que en otra situación jamás hubiera pasado esto, antes de que su mente regresará a la actualidad Ran lo tomó de los hombros estampando con fuerza para una penetración más profunda el toque de ambas bolas lo hizo soltar un gemido agudo, Mitsuya se apresuró a morderse el labio antes de que siguiera haciendo más ruido. No estaban solos en casa. Y la lluvia se detuvo desde hace un rato.

Ran alzaba la mirada al techo el calor de su tronco lo tenía en el cielo, esa fricción comprimida por las paredes estrechas y calientes de Mitsuya.

El placer no es un delito cuando el crimen es bien hecho, Ran apretaba con fuerza las caderas de esté, su espalda fornida en una curva lo tenían en un caos, nunca fantaseo con ésto.

La nuca de Mitsuya se enrojecia cada que Ran apretaba la silueta de su cintura para hundir por completo su miembro, el tamaño de Ran era igual que su edad veinte y un años.

El de las trenzas desechas no tenía experiencia con hombres, las mujeres eran más fáciles de complacer.
Ni Mitsuya sabía que podía sentir más placer mordiendo la almohada que con alguna chica encima de él.

Por intuición, Ran bajo su mano hasta encontrarse con la erección mojada de Mitsuya, sabía tocar un pene era obvio se la jala, entonces no sería diferente con otro.

Su mano se coordino con los movimientos de su cadera, la ligera tela del miembro de Mitsuya bajaba y subía por el hueco de su mano entre cerrada.

Ante este movimiento Mitsuya dejo salir más gemidos, una vez más agradeció que de nuevo la lluvia cayera le ayudó a opacar los sonidos de tan enloquecedor placer.

Mitsuya agachó la vista excitandose al ver el toque sexy que le daba a la escena el tatuaje del brazo de Ran bajando y subiendo por el tronco de su miembro.

Las palmas de sus manos estaban de un blanco ya, su puño cerrado los ocasionó, al igual que sus piernas temblando.

El calor de sus cuerpos empañó la ventana de la habitación de Mitsuya, y el sudor de ambos decía lo mucho que hacían.

La mano de Ran se lleno de un líquido caliente seguido de un escalofrío engrosandole su miembro, lo que sus oídos escucharon fue una preciosa sinfonía que artículo el orgasmo de Mitsuya. Jamás olvidaría esa voz masculina de Mitsuya gimiendo de placer mientras se viene.

Se detuvo sólo para preguntar cómo estaba, Mitsuya se tumbo entre las cobijas y sus prendas.
Ran salió de él con el mismo cuidado cuando entro.

Él no acababa.

Mitsuya se puso boca arriba teniendo una vista de lo más vulgar pero jodidamente erótica.

El cabello suelto de Ran cayendo por su pecho agitado, la mirada del pelilila observándolo desde arriba con esa cara de desdén, su mano llena de su néctar blancoso resbalando por las líneas del tatuaje de su brazo.

Trago saliva cuando Ran lamió lo que caía.
El miembro de Mitsuya se volvía a engrosar.

Ran ladeó una sonrisa perversa al ver la cara sonrojanda del pelilila, si bien nunca estuvo en sus planes hacer eso, la sed y la cara en cómo reaccionaría lo incito.
Sujeto las piernas de Mitsuya y las posicionó en sus hombros, hizo aún lado su cabello y llevo su erecto tronco a la entrada de él.

Tomó sus piernas abrazándolas para dar una estocada dónde Mitsuya se taparía con ambas manos la boca, el placer que sentía en esa pose no podía apagarlo con el ruido de la lluvia.

Ran llegaría más rápido a su orgasmo viendo la cara de placer del pelilila, en efecto esos gestos provocados por él, le ponían más caliente. Su respiración era pesada y al sentir comprimirse su miembro cada que Mitsuya ponía duro el abdomen cuando la embestida era fuerte, le hacía gemir.

Recargó todo su fuerza inclinándose hasta él, las piernas de Mitsuya se abrieron, abrazando la espalda de Ran.

Sus caras quedaron cerca, Ran dejo de moverse, sólo para apreciar la cara de Mitsuya.

Tal vez por la entrada del amanecer dentro de pocas horas la luz les iluminó los ojos desde ambas perspectivas, se veían sorprendidos, el corazón latiendo, sus pechos subiendo y bajando, hipnotizados por sus labios, se unieron en un beso cálido, Ran movía de nuevo sus caderas y las manos de Mitsuya se iban a su espalda, enterrando sus cortas uñas, mordisqueando su labio.

Un escalofrío recorría sus cuerpos, el orgasmo de Ran se acercaba y el segundo de Mitsuya lo podía sentir por su miembro palpitandole el abdomen.

Se dejaron de besar sólo para soltar sus gemidos labio a labio, el líquido caliente de ambos escurría.
Antes de que la atmósfera se esfumara, Ran tomó la cara de Mitsuya y lo volvió a besar.

Se separaron, le ayudo a limpiar y colocaron sábanas nuevas.

"¿Estás bien?" Ran le preguntó la incertidumbre le estaba matando, en el tiempo que limpiaron no hablaron.

"Bien"  Mitsuya respondió en automático.

"Sabes no sabía quw—" Antes de que Ran acabará de completar la frase.

Mitsuya artículo unas palabras que lo trajeron de regreso a la realidad.

"No hables del tema, olvida lo que hicimos, no le des tanta importancia"  Mitsuya tomó parte de su cobija y se cubrió dándole la espalda a Ran.

¿Oíste eso?

¿Que sonó más el ladrillazo que le diste o tú corazón rompiéndose Ran Haitani?

𝐃𝐄𝐒𝐈𝐑𝐄 | RAN x MITSUYA [BL] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora