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ChaeYoung

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ChaeYoung.

Por primera vez en mucho tiempo, no sentía ganas de levantarme temprano un día domingo.

Prácticamente no puedo recordar cuando fue la última vez que me quedé en cama durante el día, solo viendo la televisión y sin nada que interrumpa mi momento a solas.

La inquietud por saber que estaría haciendo aquella sigma en su día libre me hizo sentir ligeramente molesta y angustiada a la vez.

El hecho de que ella pudiese estar cerca de algún alfa me hacía sentir náuseas, pero no es que pudiese encerrarla en una habitación y mantenerla de esta manera para que no tuviese contacto con alguien además de mi.

Una sigma...

Nunca había conocido a alguna y debo admitir que a pesar de no molestarme al oírlo de JiSoo, me sentí demasiado abrumada al escucharla admitirlo por su cuenta.

JiSoo tenía bastante claro porque la había citado a mi despacho ese día, pero no parecía dispuesta a admitir en voz alta que ella había sido quien dejó la nota sobre mi escritorio.

—Puedes seguir viéndome lo que resta de tarde, o puedes hablar ahora para que ambas podamos ir a casa. —aclaré.

—No sé de que estás hablando. —respondió rápidamente.

—¿Estás acusando a mi omega de algo?

—Claro que no. —su respuesta apresurada no hizo más que convencerme de que algo ocultaba.

—¿Qué hay de esto? —acerqué la nota que había encontrado junto al perfume en su dirección.

—No sé de donde salió.

—Quiero creer que eres más lista que esto, JiSoo —suspiré frustrada, acercando esta vez una nota en la cual había dejado agendada mi reunión con RyuJin, usando de paso exactamente la misma papelería que había usado para enviar la nota anónima.

Ella miró sus manos, luciendo avergonzada.

—Solo necesito saber de que se trata todo esto. —comenté calmada.

—Está bastante claro. —respondió en voz baja sin alzar la vista.

—¿Sigma? —pregunté nuevamente, viendo la pequeña nota, ella asintió—, necesito que seas más específica para saber si estoy entendiendo todo bien.

—La tipa... —mencionó—. Mujer —corrigió—, que trajiste a tu despacho.

—¿Qué pasa con ella? —pregunté relajada, entrelazando mis dedos sobre el mesón.

—No es una omega. —aclaró.

—¿No? —la miré aturdida—, ¿Qué te lleva a pensar eso?

sigma ଓ chaelisaWhere stories live. Discover now