Cariño, no soy real

¿porque no eres real?

...

Ojeras, eso y unas pecas era lo que destacaba de aquel peliverde, aún así era hermoso.

Sentado en aquel escritorio lleno de hojas con apuntes de algunos de sus libros publicados, soñaba con el amor de su vida, deseaba tener un romance como aquellos que publicaba, no tenía amigos, su única compañía eran sus libros, aquella lámpara de luz y ese personaje al cual quisiera sacar de las hojas, ese era su hombre ideal, dormía llorando esperando que fuera real, pero no podía, se había inspirado en su amigo de la infancia para crearlo, quisiera verlo por última vez, decirle que lo amaba y soñaba con una vida con él, no podrían tener hijos, lo sabía, pero ahora tenía suficiente dinero como para poder adoptar.

Trazaba bocetos, necesitaba una portada para aquel libro, y que mejor portada que una imagen de el amor de su vida.

En aquella habitación solo se oían trazos, un borrador haciendo su trabajo y papeles arrugados desechados al no ser lo que el quería.

- Kacchan...

Si, había llamado a su personaje principal como a su amigo de la infancia, nadie podía reclamarle, ni el mismo, total, ya no estaba atrapado en el mundo terrenal como para poder leer sus obras, en las cuales, en todas se había inspirado en él...

Realmente lo extrañaba, 13 años..., los más largos años en los que había sufrido, se arrepentía de no haber hecho que sus sentimientos florecieran, quisiera volver a abrazarlo por una última vez.

Los ojos le dolían, quizás de sueño acumulado o de pasar horas llorando diariamente, realmente se arrepentía, si el "hubiera"..., pero tenía muy en claro que el 'hubiera' no existe, jamás existiría, la vida solo te da una oportunidad, tu decides si la tomas y te arriesgas, o si la desperdicias y te arrepientes toda tu vida.

...

Llevaba días sin dormir adecuadamente, sabía que en algún punto de la semana ya no soportaría y caería dormido en el primer lugar que encontrará cómodo, recostó su cabeza entre las hojas de su escritorio y dirigió su mirada hacia una caja musical que él le había regalado, está sonaba una hermosa melodía, todas las noches cuando lo recordaba le daba cuerda y escuchaba las hermosas notas que salían de la pequeña caja, y esta vez no sería la excepción, dió unas cuantas vueltas para darle cuerda y escucho pacíficamente las notas que emitía, está se oían tan espléndidas que te daban la ilusión de estar en un mundo de seres mitológicos, tan sumergido estaba que no se dió cuenta que cayó rendido en los brazos de Amorfeo.

...

Despertó, pero su casa estaba diferente, espera, esa no era su casa, más bien parecía a su antigua casa donde antes de niño vivía con su madre y jugaba con Kacchan, oh no, espera, ¿Regreso al pasado? ¿Sería eso posible?, debería estar soñando, si, eso era, ¿Pero como? eso se veía tan real, su cuarto se veía exactamente igual que hace 13 años, fue a su baño a enjuagarse su rostro y confirmar que era un sueño, pero al llegar ahí se vio en el espejo, era su rostro actual, si eso fuera un sueño estaría seguro que se vería como en su adolescencia, estaba volviéndose loco, quizás era una treta que le estaba jugando el destino, o quizás era un milagro y alguien había escuchado sus plegarias del volver a ver a Kacchan, bajo las escaleras y encontró a su madre en la cocina horneado algo, olía exquisito.

-Hola mamá-.dijo mientras la abrazaba y le daba muchos besos en su rostro- te extrañe-. sentía sus ojos arder anunciando unas lágrimas querer salir de ahí, pero las logro contener