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Pov Vanessa.

Mi garganta ardía y mis ojos lloraban, me senté en el suelo para calmar el intenso dolor de cabeza que sabía que se avecinaba

-Vanessa, estás bien hija?— pregunta mi madre sin parar de tocar la puerta del baño

-Si mamá!! Solo fue un mareo—le digo para seguido levantarme enjuagar mi boca y salir del baño.

-Estás segura de que estás bien? Últimamente te mareas mucho...Tal vez deberiamos ir con un doctor. ..—dijo mi madre nada más salí del baño.

-Pero claro que está bien, solo quiere llamar la atención Sabrina, ya sabes cómo son los adolescentes— dijo mi padre, con su irritante voz burlona, un poco distorsionada por el alcohol.

-Voy a Salir, llegó tarde... talvez—  avisé antes de salir de la casa y comenzar a caminar por las calles de la ciudad sin ningún destino en especial, solo quería salir de esa  casa a la que ya hace mucho no puedo llamarle hogar.

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Tenia ya  un par de horas fuera de casa, me encontraba  en  la azotea de un viejo edificio, mire al cielo mientras soltaba el humo de manera lenta y seguido dar una nueva calada al cigarro  que mantenía sujeto en mi mano izquierda. Podía sentir la nicotina recorriendo mis pulmones y así mismo quitando la tensión de mis hombros.

Mientras miraba el cielo pense que, aún siendo la noche tan oscura, la Luna y las estrellas siempre están con ella, encontraría yo alguna vez a mi Luna? No lo creo, quien se quedaría a mi lado? Estando tan rota, pero esta bien, porque yo no necesito a nadie a mi lado, he Estado sola antes, y estoy sola ahora, he Estado sola por tanto tiempo que aprendí a amar a mi soledad, a volverla mi mejor amiga, a qué sus fríos brazos no me parescan tan fríos.




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