«¡Dios, mi cuello!»
Levante la cabeza de mis almohadas y me estiré, lo que provocó un pequeño «Crack» que parecía provenir de la parte posterior de mi cuello. Restregué mis párpados, y los abrí.
Al instante fruncí el ceño.
—¿Por qué estoy viendo al hurón grosero? —murmuré— ¿Sigo dormida?
Él chico alzó una ceja y elevó una de las comisuras de su boca.
—¿Te parezco tan irreal? —dijo con el timbre de la voz relajado y bromista.
Parpadee lentamente, debido a que los efectos del sueño seguían en mí, y negué con la cabeza.
—Eres bastante molesto, así que debes ser real —incliné el rostro y levanté el dedo para señalar—. ¿Qué haces en mi hab... —al empezar a girar, me quedé callada.
Estaba en la enfermería. Regresé la vista al hurón; tenía vendas en el brazo. Y yo estaba apoyada en su camilla.
Baje la vista y me di cuenta de que ni siquiera tenía almohadas, use mis brazos. ¿Cómo termine durmiendo aquí?
¡Por supuesto!
Anoche le dije a Madame Pomfrey que me quedaría para cuidar de Malfoy, ya que seguía quejándose en sueños a pesar de haber sido curado y me sentía en parte responsable. Estaba dispuesta a dormir ahí, por lo que me puse un pijama y lo vigilé por bastante tiempo. Recuerdo haberme sentado junto a su camilla para revisar el vendaje y hacer anotaciones en mi diario, ya debía ser más de medianoche, luego de eso... me quedé dormida.
Me di un golpe en la frente.
—¡Ay! —chillé, por un dolor punzante en mi frente. Malfoy se sobresaltó un poco, ya que abrió los ojos en desmedida. Lo miré con una mueca— Eso dolió.
Malfoy asintió con la ceja alzada y una cara de extrañeza total.
Sobé mi frente con el ceño fruncido y traté de analizar la situación, además del lugar en el que me encontraba. Por lo que, en un punto, mis ojos acabaron posándose en un objeto en el suelo.
Me incliné y recogí el diario que debí haber botado mientras dormía. Mire de reojo al platinado, luego al libro y agradecí que no lo hubiera tocado porque los rumores de las fotografías de brazos no debían volverse un hecho para el hurón.
—¿Otra rareza que sumar? —dijo con una sonrisa de medio lado y dando una señal hacía el diario con su cabeza.
—En verdad, ¿te interesa escucharlo? —probé con un toque de broma.
Antes de que pudiera responder, alguien de cabello oscuro y corto atravesó la puerta de entrada a la enfermería.
—¡Draco! —chilló una voz con un timbre tan agudo que me descolocó y me hizo pararme del susto— ¡¿Te encuentras bien?! —le gritó al tomar asiento en la camilla, pero mucho más cerca de su rostro para tocar levemente su brazo— ¿No te va a pasar nada?
—No, tuve mucha suerte. Dijeron que estuve a punto de perder el brazo...
Tragué incómoda y me alejé de la escena para guardar el libro en la bodega hasta que viera a Madame Pomfrey y ella me diera permiso para irme.
No tenía una real curiosidad por saber de lo que hablaban hasta que escuché mi nombre salir junto a un sollozo agudo.
—Al final fue mi culpa... Ella lo vio todo antes de que pasara y me avisó... No quise escucharla —habló entre sollozos.
—Entiendo.
Puso una mano sobre su brazo y no estaba segura de si se trataba de un consuelo sincero o si estaba siendo condescendiente.
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Reencarné en El Prisionero de Azkaban
FanfictionDos años en Hogwarts. Era el momento de iniciar el tercero. Este año no habría un peligro real. Voldemort no aparecería porque todos estuvieron buscando al traidor que siempre estuvo ahí. El hombre lobo es muy dócil y un increíble profesor; y el per...