Lo divertido de la vida

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— Papá ¿Por qué mamá no está con nosotros? —preguntó una pequeña rubia cenizo.

El hombre, sin mostrar un gesto de resentimiento, contestó— mamá tuvo que hacer otras cosas —.

— ¿Era más importante que yo? —lo miró con tristeza.

— ...los adultos somos complicados, hacemos cosas tan impredecibles y no damos nuestro brazo a torcer, osea, somos tercos, no sé porqué razón mamá no está, pero ella debe tener sus razones —acarició los cabellos de su hija— es hora de dormir —se inclinó hacia ella para darle un beso en la frente.

— Cuando sea grande y tenga mi familia, no los abandonaré, los querré mucho como tú me quieres —sonrió recibiendo el beso en la frente y le dio un abrazo.

El hombre sonrió muy contento— ya lo imagino, pero yo siempre seré el hombre de tu vida ¿Verdad? —.

— Sí, nunca te voy a cambiar —respondió la pequeña.

La pequeña Claudine, vivía solo con su padre y su abuela, mientras el hombre trabajaba, su abuela cocinaba y la iba a recoger al jardín de niños, posteriormente a la primaria y secundaria.

— Papá, necesito un poco más de dinero hoy, harán presentaciones de no sé qué y me dará más hambre —pidió mientras guardaba pocas frutas y una refresquera con agua.

El hombre se acercó a ella y le dio más dinero— ahorra si puedes, en unos días nos mudaremos y te dará hambre en el camino —.

— Sí, no te preocupes —asintió.

La abuela llamó a ambos para bajar y que comieran del desayuno.

Aquel día, Claudine tenía competencia de baloncesto, su padre y abuela no lo sabían ya que no consideraban que aquel deporte fuera adecuado para la joven, así que la rubia participaba en secreto.

Aunque no siempre permaneció en secreto, al culminar sus estudios secundarios, ganó una beca en deportes para una universidad prestigiosa.

La charla fue larga y sermoneante, pero al final ambos parientes aceptaron que Claudine asistiera a esa universidad por el prestigio que tenía.

— Esfuérzate, mantendrás tu beca mientras representes bien a la universidad, haré lo posible para comprarte más cosas y que sea más sencillo tu transporte —sonrió el hombre.

— ¿Transporte? —.

— ...sí, quería decirte en tu cumpleaños, pero es mejor ahora, un amigo está vendiendo su auto, es pequeño pero es cómodo y bonito, sé que te gustará —.

— ¿Y porqué está vendiendo el auto? —.

— Tiene tres hijos, necesita espacio —.

— Oh... —la rubia sonrió— ...tendré un auto —estaba emocionada— gracias papá —lo abrazó con fuerza.

La abuela miraba con una sonrisa a su hijo y su nieta. Aunque su hijo fue un total rebelde sin causa en su juventud, era un adulto responsable y buen padre en su presente, aunque consentía mucho a Claudine.

Le daba lo que quería, dejaba pasar por alto cualquier cosa mal que hiciera y no le reprochaba nada.

Al estar a solas, recién la abuela cuestionó a su hijo.

— ¿Es una buena idea darle un auto? —.

— Yo creo que sí, esa universidad es prestigiosa y muy cara de pagar,... ¿Lo recuerdas? —.

La mujer asintió, su hijo estudió un tiempo ahí, siendo becado por ser uno de los mejores; aunque nunca culminó sus estudios en esa universidad ya que se había enamorado y posteriormente nació Claudine.

CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora