Y la vida se detuvo

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    — QUÉ MAL ESPECTÁCULO —aquella voz resonó entre los espectadores— como si solo una promesa pudiera cambiar todo —.

Entre las personas se abrió paso una sola, una joven aparentemente molesta.

    — Pues cuando se realiza con el corazón puede cumplirse —enfrentó.

    — Claro —sonrió con relajo— mágicamente seré la estrella más brillante y todo el mundo me idolatrará ¿Verdad? ¿Qué clase de mensaje das a los niños? —.

La contraria estaba enfadada— los sueños se cumplen —.

    — Claro que se cumplen, con sacrificio y perseverancia, no de la noche a la mañana, se realista jovencita —mantenía su sonrisa.

    — ¿Jovencita? Ni siquiera eres mayor que yo —.

    — Eres lista —.

La contraria aún seguía fastidiada, pero enojarse no serviría de nada, la desconocida parecía disfrutar su frustración, así que se calmó y respiró profundamente.

    — ¿Qué puede entender una amargada de su vida? —sonrió ligeramente— alguien que ve lo gris de la vida sin divertirse, hasta yo pensaría lo mismo que tú —.

La descomo elevó una ceja, no se esperaba esa respuesta— la diversión y el esfuerzo no son lo mismo —.

    — Tal vez, pero ambos son camino para una meta, hasta pueden complementarse, pero no estás lista para esa conversación —sonrió con satisfacción.

La desconocida bufó.

...

    — Kuro, sigo pensando que tomaste un camino incierto —sonrió.

    — He fallado, he cometido errores, pero siempre me he levantado y luchado por seguir, así que siempre estaré orgullosa de eso —sonrió sintiéndose conmovida por sus propios logros.

    — He de admitir que... la vida tiene varios colores que muchos no pueden ver —.

    — Ah, quien diría, ¿Admites que tenía razón? —sonrió de forma engreída.

    — Solo si admites que yo también tenía razón —se acercó a la contraria.

Ambas se dieron un abrazo, pero Claudine recibió señas de Junna de salir del escenario.

Su rostro era de pánico y señalaba desesperadamente salir de ahí.

Eso era extraño, sabía que algo muy malo pasaba y Maya no se había percatado de ello.

Así que la rubia movió a la castaña dando la espalda al público.

Seguido de eso le dio un beso directo en los labios.

El sonido de un disparo alarmó a todos los presentes, más aún cuando la rubia no tuvo fuerzas como para mantenerse de pie.

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    — Me suena sacado de una película, sinceramente —.

    — Fue una obra teatral muy exitosa en su momento, representó la cúspide en la carrera musical de Claudine Saijo —insistió una joven de cabellos celestes.

    — Tal vez, pero pasó varios años atrás, la gente ya no lo recuerda —.

    — La generación de ahora no es educada adecuadamente, las músicas populares son un desastre, claramente fue olvidado en el tiempo; pero aquellas músicas eran pegadizas, podías escucharla en cualquier momento, alentaban a los niños y jóvenes a perseguir aquello que anhelaban sus corazones, eran simplemente una obra de arte musical —persistió.

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