Baby thoughts | SaiDa

🍼 Quince

La bebé estaba sentada sobre la suave alfombra que adornaba la sala del lugar, rodeada de varios juguetes que la mantenían distraída mientras su mami cocinaba el almuerzo y no tenía idea de dónde estaba su mamá. Estaba un poco aburrido ya, quería que su papi lo tomara en sus brazos para así poder acurrucarse en su pecho, llenándose de su olor materno,así que decidida soltó el juguete que estaba llevando a su boca en ese momento, necesitaba llegar donde estaba su mami Sana.

"¿cómo puedo llegar hasta allá? Uhm, creo que ya se, hay que intentarlo"

La pequeña coloco sus palmas de las manos contra la superficie de la alfombra, primero una manita y una piernita, luego la otra como papá le había explicado, no era tan fácil como parecía ser, pero no sé rendiría, necesitaba llegar donde su mami, todo se trataba de determinación.

Sana, que hasta ese momento estaba inmersa en hacer el almu sintió una sensación extraña al no oír los balbuceos de Mina, y pues como muchos bien saben, cuando los bebés están en silencio es porque algo pasa o algo están tramando, así que no lo dudo ni por un segundo, caminando a paso rápido fuera de la cocina,curiosa por saber lo que la pequeña cachorrita hacía, entrando ya en la sala no estaba preparada para lo que presenció.

Estaba intentando gatear, su bebé estaba intentando dar sus primeras gateaditas.

– ¡Bebé! –exclamó, exaltando a la pobre cachorrita que intentaba avanzar con algo de dificultad, sus pasos fueron rápidos hasta llegar cerca de la pequeña– Tu puedes amor, ven con mami

"Uh, que bueno que llegaste, creo que no iba a poder llegar"

Se colocó de cunclillas a una distancia corta pero considerable, estando allí extendió sus brazos, lista para recibir a la pequeña y llenarla con un montón de besos, orgullosa de cuan inteligente era su bebé y lo rápido que estaba creciendo.

Claro que no contó que la pequeña al verla decidiera sentarse, ya que ¿Para que esforzarse si ya mami estaba aquí?

– Hey, Mina –llamó nuevamente su atención, chasqueando los dedos esperando que el ruido le atrayera– Ven bebé, mami te quiere abrazar.

– Ma...–balbuceó, si la quería abrazar era solo venir a hacerlo, ¿Por qué no lo hacía?

"¿Te quedaste pegada al suelo, mami?"

Sana suspiro, pensó en las cosas que tenía en la cocy y el cálculo que no necesitaría de su vigilancia por unos minutos, pero Mina no parecía querer complacer los deseos de si mami, distrayendose con el sonajero a su lado. La omega hizo un puchero, estaba segura de que iba a presenciar uno de los momentos más importantes de la corta vida de su pequeña.

Fue cuando pensó en una idea, la manipulación no debería ser la primera opción, pero en ese caso...

– Oh, que lastima que no quieras venir –intentó sonar lo más conveniente posible– Por qué estaba pensando en que ya es tu hora de comer.

La pequeña en ese momento no prestaba atención, las luces que emitía su sonajero eran más importantes, estaba intentando comerlas pero al parecer era imposible.

– U que podrías tener tu preciada leche

"¿leche dijiste?"

Mina balbuceo y su mami pensó que era casi como si estuviera contenta, entonces volvió a apoyar sus manitos sobre el suelo, porque vamos, cada vez obtenía menos leche, no podia rechazar una oferta de esas, así que con todo su esfuerzo intento de nuevo.

"Vamos, tenemos que conseguir esa leche"

Su madre omega sonrío complacida, no podía creer como la pequeña había entendido a la perfección y estaba tratando de llegar hacia ella, no había duda de que había sacado su intelecto.

– Ya estás cerca bebé –Ánimo Sana, aplaudiendo ya sentada en el piso.

No era un ritmo constante pero estaba avanzando, estaba logrando el objetivo y aquella omega en frente de ella no podía estar más emocionada, aplaudiendo y alentando a su pequeño para que llegara a su meta. Ya estaba a nada, dos pasitos más y lo hizo, estaba tocando las manitas de su mami.

– !Lo hiciste! –celebró la mayor llenando su carita de besos al instante, haciéndole cosquillas y felicitandola– Mamá estará tan feliz como yo, no puedo esperar a que llegue.

Sana se levantó del suelo, con la pequeña en brazos, necesitaba atender la cocina así que la sentó en su mesedora en cuanto revisaba que todo estuviera bien con su comida.

– Espera ahí, ya vuelo, prepararé un delicioso puré de papas para ti.

"Y entonces... ¿la leche?"