El ángel entre los demonios terrenales | Dazatsu

Capítulo 7

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Mi buen amigo, aquel fastidioso bibliotecario de ojos azules. Mientras yo fui criado en la Iglesia y entre con honores al grupo de jóvenes destinados a ser exorcistas, Yamato entro con su perseverante esfuerzo y, aun así, siempre lo miraron como si fuera solo una mancha en su perfecta sociedad. Desde que nuestros ojos se cruzaron, la discordia se hizo ver entre nosotros. Yo, con mis ropas bien cuidadas y pulcras, el, con sus ropas ligeras y claramente desgastadas, pero manteniendo un alto orgullo a pesar de su origen humilde.

Su madre era una prostituta, vivía en los barrios más bajos y los golpes siempre estaban en su lista del día a día. Uno de sus clientes la embarazo y así nació Yamato, por supuesto, el padre jamás se hizo cargo. Por más que todos la juzgaron, su progenitora realmente busco su bienestar y trabajo arduamente para ahorrar y darle una mejor vida a su hijo, soporto más horas de abusos con tal de que pagaran más y llevarle el pan al nuevo miembro de su familia. Según le cuenta su abuelo, los ojos de su hija brillaban al ver a su pequeño como nunca antes en su vida, su razón de vivir. Pero uno de sus clientes termino matándola a golpes y murió, sin siquiera poder recuperar su cadáver.

Su abuelo, padre de su madre, fue quien lo cuido desde entonces. Uso los ahorros de su hija para vivir en un barrio un poco mejor, más cercano a la clase media que baja. Yamato no recuerda mucho a su madre, pues su fallecimiento sucedió al tener 4 años. Su abuelo comenzó un negocio de sombreros y logro mantenerlos a flote, incluso pudo meter a estudiar al joven en la Iglesia por su destreza. Por ello, sabiendo su historia, el chico jamás bajo la cabeza y lucho para darse su lugar. Fue el único que logro competir conmigo en los estudios de exorcismo y, aun así, los altos mandos solo le dieron un lugar como bibliotecario de la Santa Iglesia, diciendo que pronto le darían un lugar como exorcista, claramente mintiendo por el origen de sus padres.

No tuvo más opción que aceptar, pues así al menos tendría una paga con la que ayudar a su abuelo. Siempre creí que algún día terminaría rebelándose, sin embargo, jamás algo como esto...

-Hace 6 meses, comenzaron a cazar a una bruja. Decían que era especial, pues podía destrozar pueblos enteros y que iba detrás de los niños para comérselos vivos. Ja, realmente la mostraron como un completo monstruo

-Tal vez porque lo era

Shion no se detuvo al decir aquello con malicia, su colega solamente lo vio con completa seriedad.

-Sabes perfectamente que ellos son los verdaderos monstruos

El castaño no pudo objetar nada contra eso, solamente soltó un resoplido intentando contener su molestia. Debía recordar que su nuevo amigo estaba en peligro aún.

-Aun así, mi único trabajo era seguir como bibliotecario. Me enteraba de todo por parte de las personas del pueblo y por los murmullos en la biblioteca e incluso en los pasillos, parecía que realmente este asunto se les estaba escapando de las manos. Hasta que finalmente la atraparon, pensé que al fin dejaría de escuchar de la Bestia Negra como le nombraron. Pero no fue así

-Has deseado por mucho una oportunidad como esta, ¿no es así? Solo tendrás que quedarte con esa cosa y vigilarla por las noches.

-Tengo entendido que la bruja mató a sus dos últimos guardias... -dijo el joven después de ser intervenido en un pasillo, justo antes de ir a su casa. El sacerdote río por lo bajo y continuo

-¿Ves que eres afortunado?

Yamato no pudo replicar más, sus pies lo terminaron llevando frente a la puerta que daba a esa celda, entre más se acercaba, peor se sentía. El olor a sangre era potente, empezó a susurrar los rezos más fuertes que sabía por si tenía que luchar por su vida. Paso esa puerta que podría haberlo salvado y camino hacia donde estaba encerrada la bruja con gran sed de destrucción. Sostuvo su rosario con fuerza y clavo su vista en aquel ser, un cuerpo de ropas rasgadas oscuras, acurrucado en la fría esquina de su calabozo.