Capitulo 9

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[ADVERTENCIA]
Este capítulo contiene:

-Descripción de violencia sexual

-Abuso emocional y psicológico

-Estrés postraumático

Si bien esto se advirtió el pasado capitulo, en este hablamos de que llegó el agresor. Por lo tanto, las descripciones pueden ser más desagradables.
Leer bajo su responsabilidad.

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Un pequeño de ojos castaños se encontraba jugando justo delante de una casa, en sus manos había una pelota algo degastada, pero eso no evitaba su alegría.

-Shion

Una voz gentil como la brisa pronuncio su nombre, aquel niño volteo con su alegría intacta.

- ¡Madre!

Rápidamente dejo la pelota en el piso y se dirigió para abrazarla, la mujer de largos cabellos ondulados y castaños, como los del infante, se agacho y lo recibió con dicha. Pronto se les unió un hombre de cabellos oscuros y sonrió ante la imagen de su familia.

- ¿Puedo ir a jugar con mis amigos, madre? ¡Esperé a que acabaran de hablar como prometí!

Exclamo lo ultimo alzando su dedo meñique, señalando la promesa que hicieron antes. Su madre asintió con una dulce sonrisa, sin embargo, volvió a abrazarlo con fuerza.

-Oh, mi dulce niño, por supuesto que puedes. Deseo que la felicidad siempre esté en tu corazón. No te alejes mucho de casa, ¿bien?

-Shion, ¿recuerdas que hacer si un extraño pregunta por nosotros? ¿Sea quien sea?

Shion pensó un momento en la pregunta de su padre mientras su madre lo liberaba de su abrazo, pronto su rostro se ilumino ante la idea y asintió.

- ¡No sé nada! ¡Y salir corriendo hasta estar en un lugar seguro!

Esas palabras se las habían repetido durante un tiempo desde que cambiaron de hogar. Sus padres trabajaban para la Iglesia, tal vez no como un Padre o una Monja, pero eran excelentes exorcistas. Pero no debes pensar que eran cualquier exorcista, ¡ellos eran los mejores! Como todo niño amado, él estaba orgulloso de sus padres, por lo que jamás dudaría de sus instrucciones.

Después de aquel recordatorio, Shion se dirigió a jugar con sus amigos, a 4 casas lejos de la suya.

- ¡Listos o no, allá voy!

Sus amigos corrieron, Shion comenzó a perseguirlos con esmero sintiendo su joven corazón agitado por la adrenalina. Sin embargo, en un momento de descuido, el pequeño tropezó y su cuerpo cayo directo contra la pared. Ver tal acto de torpeza, provoco que los niños rieran a carcajadas olvidando su juego.

- ¡Que tonto, haha!

El castaño sintió como las lagrimas se desbordarían, pero se contuvo. Entonces una mano fue ofrecida delante de él con un pañuelo.

-No es bueno reírse de un amigo, ¿te encuentras bien, pequeño Nakamura?

Al alzar la vista, pudo ver aquel atuendo negro con el cuadro blanco destacando en medio de su cuello.

-Eres hijo de los exorcistas Nakamura, ¿cierto? He venido a ver a tus padres

Shion miró su atuendo y su rostro, él solía barrer justo la entrada de la Iglesia a la que servían sus padres. ¡Al fin alguien conocido! Él no era un extraño, entonces no tenia nada de malo decirle... ¿cierto?

La pelota cayó al suelo, rodando con paciencia hasta al rojo vivo que devoraba su hogar, dándole la bienvenida cuando decidió que era momento de volver a casa y ver el rostro de felicidad de sus padres por ver a su viejo colega. Sin embargo, la pelota ahora era reducida a cenizas y sus padres estaban sobre el piso, pudo alcanzar a ver esos rizos castaños de su madre. Shion jamás olvidaría ese olor a carne humana ardiendo.

El ángel entre los demonios terrenales | DazatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora