Me enseñaste; me cambiaste.

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Llegaste a mi vida sin advertencia.

Entraste sin pedir invitación y arrasaste con todo lo que había en mi interior.

Mi corazón, mi cabeza, mis sentidos y mi intuición.

Cambiaste mi manera de ver el mundo y de ver el amor.

Me enseñaste que a veces amar no significa tolerar si no demostrar.

El amor no significa esperar sino actuar.

Me enseñaste a quererte y a quererme a mi también.

Me enseñaste que dos personas son mejores que tres.

Me enseñaste que no debo pedir algo que ya debería de suceder.

Me enseñaste que amar no significa perder si no, que amar significa querer.

poemas de una adolescente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora