Capitulo I

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—Mamí, ¿dónde estás?— Jing Yi corría para encontrar a su madre.

Los campos de canola son bastante grandes, y siempre son de tallos largos, por lo que perderse entre ellos para una niña como Jing Yi es bastante fácil.

—Por aquí, cariño. Ven pronto, quiero presentarte a alguien—Jing Yi corría tan rápido como sus pequeñas piernas se lo permitían. Cuando alcanzo a vislumbrar a su mamá, ella estaba acompañada de otra persona, un hombre bastante alto, pero no podía ver su rostro claramente, estaba borroso. —Ven, mira—le dijo atrayéndola a ella—quiero que conozcas a...

Jing Yi se levanto sobresaltada, no había tenido ese sueño desde hace mucho tiempo, quizás era por qué su madre ya no estaba que ahora la soñaba. Jing Yi y su madre siempre habían sido como las mejores amigas; cuando era niña siempre estuvo a su lado; todos los sábados le contaba historias y le horneaba galletas, mientras que en la semana aunque ella trabajaba siempre se tomaba el tiempo estar con ella, le ayudaba con sus tareas y le preguntaba sobre su vida. Así que fue realmente duro para ella perderla, y más sabiendo que su madre era tan joven.

Al levantarse, ese día se sentía pesado, grumoso y un tanto frío, y no era porque se estaba en pleno invierno sino porque con su madre se había ido y con ella una parte de Jing Yi.

—Jing Yi, llegaremos tarde, baja—su padre le gritaba desde el primer piso, era el último día que vería a su madre, sabía que siempre iba a estar con ella pero no hablar con ella sería un modo tormentoso de vivir su vida.

Se vistió elegante, era un día triste pero conocía a su mamá, sabía que no le hubiese gustado que no fuera bien vestida, aun más sabiendo el tipo de persona que era, siempre bien vestida no importara la situación ni cuanto frío o calor hiciera. Así que tomando sus pocos ánimos, vistió un vestido negro sencillo, unas medias negras y unas botas, seguida de un saco ancho, tomado del closet de su madre, se recogió su cabello en una medica coleta y cruzo un listón rojo en ella.

Muchas personas vinieron al funeral, algunas las conocía, otras tantas no, la mayoría eran amigos de su madre, ella siempre había sido una mujer muy abierta por lo que nunca le faltaron amigos, fruto de eso muchas personas sentían su pérdida. Su familia era pequeña por lo que solo eran, su padre y ella.

El funeral transcurrió con una tranquilidad pura, Jing Yi sentía que era porque a su madre no le había hecho falta nada al momento de dejar este mundo. Así que cuando todos se hubiesen ido, y el abogado hubo llegado, lo que les dijo cambio todo.

El Sr. Qi era un hombre de unos 50 años, vestía un traje formal y llevaba maletín. Cuando llego se sentó en el comedor y habló:

—Lanyi era una buena amiga mía, lamento tanto su ausencia — dirigiendo la mirada hacía Jing Yi y su padre — en su testamento —dijo mientras sacaba un ligero sobre amarillo —voy a hacer lectura de este: "Yo Wang Lanyi en pleno uso de mis facultades mentales, dejo mi casa y todo en ella a Lan Jing Yi. Todo el dinero con apellido Wang se lo dejo a Lan Jing Yi. Mi casa de campo es ahora propiedad de mi esposo. Por favor, que mi última carta sea entregada a Jing Yi".

¿Una carta? Su madre había dejado una carta final, Jing Yi estaba un tanto emocionada y un poco asustada del contenido de aquella carta, que podía decir, ¿un último deseo? ¿Hablaría de un amor no correspondido? Jing Yi pensaba en las posibilidades del contenido de la carta mientras el Sr. Qi abría el sello rojo incrustado en el sobre, de la que saco unas cuantas hojas, y entre ellas una pequeña llave.

"Hubiera querido hablarte de él, pero nunca me lo permitió, no porque no te quisiera, solo que estaba demasiado herido como para poder comprender que ya no sería lo mismo que en aquel tiempo.

Cuando tenía 15 años, mi madre, mi padre y yo fuimos a una gala benéfica del hospital donde mi padre trabajaba. Mi hermano se había quedado en casa estudiando, justo comenzaría la universidad y mi madre no quiso distraerlo. Al llegar por la noche todo estaba en silencio, yo había creído que ya estaría descansando, pero siempre fuimos unidos y mi madre me persuadió de ir a desearle buenas noches. Cuando entramos todo estaba a oscuras y en silencio, pero justo cuando mi madre encendió la luz nos percatamos de que no estaba solo en la cama, había otro hombre junto a él, quien al ver a mi madre se levanto tropezando y cayendo, estaba desnudo. Esa noche mi padre le dio una sonora bofetada y mi madre le dijo que era su mayor decepción, que iba en contra de la naturaleza. Al día siguiente cuando me levante había maletas al filo de la escalera, habían echado a mi hermano de nuestra casa, y mi padre le dijo— la único por lo que te doy este dinero es para que salgas de mi vista y nunca regreses, no mereces ser un Wang. Mi hermano tomo el dinero y salió de la casa, yo corrí hasta alcanzarlo en el jardín y lo abrace por la espalda, le dije que no se fuera y me dejara sola, él solo me volteo de frente a él y me dijo —no me arrepiento ni avergüenzo de querer a quien quiero, espero puedas comprenderme, pero, cuando recibas una carta de un tal Wei ese seré yo. Te amo Yi. Y se fue, mi hermano se había ido, y desde ese momento busque todos los días en el correo para el momento en que llegaran noticias de él. Cuando estaba perdiendo las esperanzas de que me escribiera al fin llegó, fingí que era algún pretendiente y mis padres nunca me cuestionaron. Mi hermano había entrado a la universidad y por eso no escribió.

Llegaban no muy seguidas, pero cuando lo hacían llegaba siempre un sábado, una nueva carta, y él siempre me contaba todo. 

Jing Yi mereces conocerlo, y él merece conocerte de la forma que siempre debió ser. En el sobre hallarás una llave, la caja con nuestras cartas esta en mi ropero, siéntete con la libertad de leerlas, allí dentro hay dos direcciones, Jing Yi prométeme que llevaras a YiBo a buscar a Xiao Zhan, él merece saber qué fue de él.

Jing Yi, lamento tanto haberte ocultado esto, pero para cuando mis padres aún vivían no podía contarte nada, ahora que no están es momento de que esto salga.

Lo lamento tanto.

Los amo.

Wang Lanyi."

Cuando Jing Yi termino de leer la carta, lágrimas brotaban de sus ojos, no podía comprender porque su madre no le había contado sobre él antes, entendía sus razones pero no comprendía porque hablaba de confianza cuando ella tenía un gran secreto escondido. Aparte de todo esto ¿quién era Xiao Zhan? ¿Qué le había sucedido que fuera tan difícil de contarle a su tío? Tío, ahora tenía un tío, y ese tío había sido desterrado de su familia por ser gay.

Cuando el abogado se hubo ido Jing Yi le hablo a su padre:—¿tú sabias de él?—

—Si, muy poco—respondió bajando la voz—tus abuelos eran unas personas con ideas bastante atrasadas, tu madre me contó de él cuando formalizamos, pero solo me hablo de su historia, nunca me contó sobre lo que tu tío había pasado.

—¿Por qué nunca me lo dijo?

—No lo se, ella siempre se guardaba eso para ella, supongo que los dos estaban heridos de estar separados, la cercanía en las cartas era lo único para ella, si tu tío no quería que se hablara de él, bueno ella lo iba a respetar.—después de un momento agrego— búscalos —Jing Yi lo miro fijamente— después de todo ella te lo pidió ¿no?

Una ola de inquietud rodeo a Jing Yi, su madre le había encomendado una misión, una misión que no pensaba desechar. Descubriría que fue de su tío y qué fue Xiao Zhan.

—Lo voy a hacer, los voy buscar. 

DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora