• ° ~ the both topics ~ ° •

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En este mundo nada está asegurado. Todo lo que sabemos de desmiente formando nuevas teorías y estudios una y otra vez. Pero hay ciertas cosas que no cambian, y una de ellas es el inexplicable odio que le tienen los adultos a los adolescentes.

Cada vez que unx joven de entre 13 y 20 años entra en una habitación todos los adultos le mirarán con desagrado o miradas que causan malestar e incomodidad a la víctima de estas. Lo habitual es que lxs chicxs jóvenes bajen (sobre todo en sus primeros años de adolescencia o si son chicxs buenxs) la cabeza. Aunque, hay algunxs, unxs pocxs, que desafían a los adultos. Me refiero a que: no bajan la cabeza, no se dejan intimidar, no se dejan manipular, alzan la voz con su propio criterio desde una edad temprana.

Ahora esto es más habitual, pero hay en ciertos sitios en los que no es así, como el pueblo del que hablaremos hoy. Este se hallaba en el sur de EEUU y poseía una población ciertamente envejecida. Tanto era así, que para una ciudad de 20.000 habitantes solo hacía falta una escuela secundaria.

Lxs jóvenes de esta escuela era rebeldes y desafiantes como ellos solos sabían ser. Eran la juventud en su estado más puro. Jóvenes, fuertes, inteligentes, rebeldes, queriendo aprender y/para comerse en mundo. Las tropocientas personas mayores que había en este pueblo se dividían en dos grupos: los que apoyaban y los que odiaban, (estos sentimientos hacia lxs adolescentes claro). Y por alguna razón, ambos grupos estaban demasiado igualados y separados.

Katsuki era uno de esos jóvenes rebeldes, el problema era que en su barrio había demasiada gente mayor anti-adolescuentes. Pero, se la soplaba. Todas las mañanas escuchaba los mismo comentarios y contestaba lo mismo: "váyanse a la mierda" . Que dulce chico verdad??? Estos comentarios eran debido a su maquillaje, su ropa, su estilo, su pelo, sus amistades, su orientación sexual... Viejos pesados. No importaba, él sabía que iba genial.

Nada más despertarse siempre se duchaba, se peinaba, se maquillaba, se vestía (sus outfits eran superiores), desayunaba, se lavaba los dientes y se iba a clase. Sabia que era guapo. De los más guapos de la escuela es más. Estaba hecho todo un pivon. Pero aún con todo esto, no entendía porqué ese día su novio lo miraba con tanta fascinación, lo único diferente es que había probado a hacerse un eyeliner diferente y se había puesto pintalabios negro (habitualmente solo lo hacía los findes).

-Katsuki

-¿Qué?

-¿Por qué tienes que ser tan precioso? ¿Me tienes que torturar hasta en las escula?-. Dijo Eijiro mientras sonreía y le pasaba las manos por la cintura.- Amor me vas a matar, demasiada belleza-. Y ahí procedió a besarlo, si que le debió gustar su nuevo eyeliner porque ese era el beso más jodidamente caliente que había compartido jamás, sentía sus piernas temblar. Pero obviamente en vez de llevárselo a otro sitio se enfadó con el y le gritó. ¿Cómo se le ocurría siquiera calentarlo en medio de la calle?

Mientras esta parejita compartía virus, pasaba por ahí la señora Chiyo, una amable anciana que se asustó al ver a los jóvenes besarse como si estuvieran teniendo relaciones sexuales y fuera la última vez que jamás lo podrían hacer. Ponre señora Chiyo, que le tiene miedo a los adolescentes y es enfermera en un instituto...

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Es terrible, lo sé jaja.
Nos leemos mañana;)

kiribaku punk week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora