Este viaje nunca le había parecido tan fastidioso hasta que Rin comenzó a mesclarse con los humanos, ella siempre hacía amigos a donde ellos iban, eso no le sorprendía, lo que le molestaba esta ves a Sesshomaru es que los que se acercan a ella son en su mayoría hombres, jóvenes de su edad que están buscando esposa, y Rin, una hermosa chica de dieciséis años y sin familia parecía la opción perfecta para cualquiera.
-¡Por favor amo Sesshomaru! ¡Déjeme ir!
-No iras a esa estúpida fiesta.
-¡¿Pero porqué?! ¿Sabe cuántas personas me invitaron a ir?
-Veinticuatro y veintidós de ellas son hombres, así que no irás.
Rin zapateó enojada y sacudió su cabello con furia.
-¡Al menos explíqueme porque!
-¡Porque sé cuales son las sucias intenciones de esos hombres! ¡Así que no irás!
-No todos son malos, algunos de ellos quieren casarse.
-¿Que? ¿Contigo? Vaya, eres más ingenua de lo que creí.
-¡Pues al menos ellos si se atreven a decirmelo! ¡No como usted que me quiere desde hace tiempo y no te atreves a decirme!
-¿Que? Yo no...
-Pues anda ¡dime que ni siquiera te gusto! ¡Dime que no me quieres para así yo poder irme en paz con alguien que si lo haga!
Sesshomaru guardó silencio y agachó la cabeza furioso.
Imposible que una humana lo haya dejado sin palabras.
-Bien, sino dices nada me iré.
Rin comenzó a caminar hacia la puerta pero Sesshomaru la detuvo tomándola del brazo.
-No vayas.
Rin rodó los ojos, de todas las formas que ella imaginó que él podría detenerla esa no era una.
-¿Porque?
Sesshomaru endureció más la mirada y la acercó más a él tomándola por la cintura.
-Porque eres mía.
Rin se sonrojó como un tomate y lo miró a los ojos sorprendida.
-Yo... Soy... ¿Usted me quiere?
Sesshomaru no dijo nada, sino que la acercó más a si y le dio un pequeño beso en los labios. El primer beso de Rin.
-No vayas.
Rin negó con la cabeza y dejó caer sus brazos en su pecho.
-No lo haré.
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El afecto del amo. ~SesshoRin~
RandomSesshomaru odia a los humanos, los desprecia, odia a su hermano por ser mitad humano, pero por alguna razón tuvo compasión por una pequeña de siete años que llenó su vida de alegría, esperanza y amor.