Vendido

Una terrible decisión

—Regulus, por favor, tenemos que hablar con él. Tampoco puedes dejar que tu hermano lo sepa.

James había arrastrado a Regulus a un rincón después de acorralarlo en el Atrio del Ministerio y colocó un encantamiento de privacidad.

—James, no estoy seguro de que quiera verlos. Lo único que puedo hacer es decírselo. Les dejaré saber su decisión. Pero antes, ¿están seguros de esto? Nunca pensé que querían estar en la misma habitación que él sin sacar su varita e intentar matarse, mucho menos hablar con él.

—Por favor, Regulus. Es un asunto de vida o muerte.

James pensaba en su vida y la de Lily, no la de Harry.

—Bien, lo haré.

Regulus no estaba feliz con todo esto. James y Lily no eran magos tenebrosos. Se preguntó qué estaba pasando. Su hermano no iba a ser de ninguna ayuda para obtener respuestas. Había estado actuando extraño los últimos meses al igual que su amigo Lupin.

[***]

—Lily, apúrate. Regulus dijo que el traslador se activaría en cinco minutos.

James y Lily se estaban dirigiendo a donde estaban las barreras protectoras.

—Ya voy —Lily cargaba con una pañalera y empujaba un carrito para bebés—. Harry está cansado.

Cuando salieron, activaron el traslador y aterrizaron en el castillo Slytherin.

—Por aquí.

Regulus no podía creer que los Potter estuvieran en el castillo Slytherin. Había pensado que eran "buenos". Se estaba preguntando qué querrían del Señor Tenebroso. Ninguno habló mientras los guiaba a la oficina de su lord. Tocó la puerta.

James y Lily se congelaron cuando vieron a Lucius Malfoy y Severus Snape en la habitación con el Señor Tenebroso.

—Pensé que sería una reunión privada.

La oficina del Señor Tenebroso contenía un largo escritorio de nogal negro con una silla de cuero negro. Había tres estantes de nogal negro esparcidos detrás de él junto con un archivador también de nogal negro. Las paredes eran de un cálido color crema y las ventanas estaban cubiertas por cortinas de un verde oscuro.

—Regulus, puedes retirarte.

El Señor Tenebroso señaló un sofá de cuero italiano libre para que los Potter se sentaran. Lucius y Severus estaban sentados en sillones orejeros a juego y entre ellos había una mesa de nogal negro de tamaño mediano sobre una alfombra de color crema. El piso era de tablones anchos de roble. Regulus cerró la puerta.

—Asumo que están aquí por la profecía. Ya que Severus y Lucius están al tanto de ella, les pedí que nos acompañaran.

El Señor Tenebroso no agregó que quería asegurarse de que no declararan que fueron forzados a hacer lo que sea por lo que querían reunirse con él.

Lily miró a James, rehusándose a ver a Severus. Puso a Harry —a quien no pareció importarle— en el suelo. Harry se levantó y caminó hacia Nagini que estaba acurrucada en una manta enfrente de la chimenea. El Señor Tenebroso se sorprendió cuando Nagini permitió que el niño la acariciara. Puso un encantamiento de privacidad en Harry.

—Pedimos hablar contigo por la profecía. Albus vino nosotros, nos advirtió sobre ella y nos puso en su cabaña en el Valle de Godric.

—¿Dejaron su mansión?

Lucius estaba confundido. ¿Por qué lo harían? La cabaña no tendría las mismas antiguas barreras protectoras que su mansión.

—Sí. Sabemos que a él no le importa que muramos por su bien mayor. Él cree que Harry te derrotará y que nos matarás para llegar a él. Sin embargo, queremos prevenir eso. Estamos aquí para hacer un trato. Te daremos a nuestro hijo a cambio de nuestra vida —dijo James.