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Era una mañana bastante soleada... solo era un clima artificial, pero ¿que iba a saber la humanidad sobre una mañana agradable real cuando los únicos que recordaban esa sensación probablemente tenían unos noventa años?

Taehyung se despertó por los rayos del sol chocar con su rostro. Se levantó frotando sus ojos mientras caminaba por su habitación con sus cabellos despeinados y pijama de diseñador.

Caminó hasta el baño y se aseó como de costumbre. Durante unos momentos observo su reflejo en el espejo, cuestionando su existencia, para después ir a vestirse. Caminó hasta su gran closet a muy pocos pasos de su baño y optó por colocarse unos pantalones color militar, bastante holgados ya que eran cómodos para moverse, una camiseta simple y suelta negra junto a una chaqueta de imitación a cuero la cual combinaba con su pantalón. Alrededor de su cuello llevaba una gargantilla algo delgada de tela negra suave y en sus manos llevaba unos guantes negros que mostraban sus dedos, solía llevarlos debido a que a veces escalaba algunas estructuras o simplemente para complementar su atuendo.

Salió de su departamento propio con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta. Su paso era rápido y firme mientras mantenía la cabeza en alto. Las personas en la calle siempre volteaba a mirarlo, su hermoso rostro llamaba la atención de todos; estaba tan acostumbrado a las miradas que ya estas no le molestaban, simplemente ignoraba el hecho de ser observado constantemente. A veces, el tener una cara bonita lo usaba para su beneficio.

"Hola, cielo. ¿Podrías darme un Latte frío con azúcar extra?"

Ordenó en la caja registradora de la cafetería en la que ahora se encontraba, una sonrisa cálida se dibujaba mientras trataba de mantener, con una mirada intensa, el contacto visual con la empleada.

Ella estaba completamente roja con solo ver lo guapo que era el chico, solía verlo seguido y siempre era la misma historia. Podría decirse que a este punto la pobre chica había caído por los encantos de Taehyung. Como siempre, el pagó por su bebida y ella le regaló un pedazo de pastel con crema de almendra sin él pedirlo. Era su pastel favorito, ella solo lo sabía por que una vez se lo comentó y desde ese entonces ella no dejo de regalarle un trozo cada vez que lo veía, siempre con la ilusión de que algún día el apuesto caballero la invitara a salir.

Luego de recibir su pedido, le guiñó el ojo tomando su desayuno y por supuesto, dándole las gracias. Se sentó en una de las mesas, situada en una esquina del local. Disfrutaba sentarse allí solo para observar la vida cotidiana de las personas, deseando tener una vida ordinaria como ellos.

Este día fue diferente, por aquella puerta automática pasó un chico ligeramente más alto que él. Su presencia no era tan notoria, pero para el, ese chico era la única persona que podía mirar. Su vista estaba perdida en el, hasta olvidó que estaba allí para comer. Detalló la contextura de aquel hombre tan apuesto para sus ojos. Su cuerpo era ciertamente musculoso, no mucho, pero lo suficiente para destrozar a una persona a golpes en una simple pelea. Sus ojos, al detallar aquel dulce rostro pudo notar sus preciosos orbes brillantes que resplandecían con las luces del local.

No podía despegar su mirada de él, se sentía embobado de lo magnífico que era. Notó que su ropa no era de buena calidad, pero aún así se veía presentable. Taehyung vio como tomaba su orden y se sentaba en una mesa cerca de él. Nunca notó su presencia lo cual se le hizo raro, la gente siempre voltea a verlo.

Mofó suavemente tomando lo que tenía en su mesa y se sentó en la misma mesa que aquel joven que tanto observaba.

"¿No tienes amigos? ¿Por qué un chico tan guapo estaría comiendo acá solo? Me intriga"

Obsessive (Taekook) - ESPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora