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En ese instante, Dahyun se arrepintió de haber convencido a Momo para que rompiera la costumbre de comer sola, que era mucho menos arriesgada.

Quizá Momo pudiera respirar cuando estaba con ella, pero ella se quedó sin aire con solo mirarla.

Lo que cada vez estaba más claro era que si quería marcharse de esa casa con el corazón intacto, iba a tener que darse prisa en arreglar su apartamento. El problema era que no quería dejar aquella casa, ni quería dejar a Momo.

—He oído que hoy me has defendido —le Momo dijo de pronto sacándola de su ensimismamiento.

—No sé de qué hablas.

—¿Está segura?

Vaya. Parecía que la encantadora Pili había oído más de lo conveniente.

—O sea que tus amigas y tú no habíamos estado hablando de lo mucho o lo poco que yo había cambiado a lo largo de los años.

Dahyun dio un trago a su vaso de agua para ganar tiempo.

—Y nadie ha comentado que me había vuelto más rara...

—Nadie te ha llamado rara, lo que dijeron...

—Cuéntame que es lo que dijeron.

Dahyun dejó los cubiertos sobre la mesa y resopló desesperada.

—Ya sabes lo que ocurre, Momo. La gente no te conoce, eso es todo.

—Ni falta que hace que me conozcan —el gesto provocador desapareció de su rostro y en su lugar apareció la rabia. Había vuelto a perderla.

—A lo mejor sí, a lo mejor también a ti te vendría bien conocerlos.

—¿Por qué demonios iba a querer conocer a esa gente?

—Para dejar atrás el pasado, como debe ser —afirmó la pálida tajantemente y luego matizó— O al menos empezar a hacerlo. Momo, sé que eran unos niños estupidos e ignorantes.

—¿Y ahora qué son?

—Ahora son gente normal con defectos, como todo el mundo, pero sin la menor intención de atacarte.

Al momento de escuchar a Dahyun se echó a reír con amargura.

—¿Es que nunca te sientes sola aquí?

—No cuando estéis Ryujin y tú.

—Pero Ryujin y yo no estaremos aquí siempre —las palabras salieron de su boca sin que pudiera controlarlas y se quedaran flotando en el ambiente.

El momento de tensión se rompió cuando se oyeron los llantos de Ryujin y Dahyun tuvo que ponerse en pie.

—Voy a ver qué le pasa.

—Yo me encargo de recoger aquí —murmuró Momo.

Mientras se alejaba, Dahyun esperaba que tenía que quitarse de la cabeza la idea que la había obsesionado desde que la conocía; siempre había deseado poder curar las heridas de aquella chica y ayudarla a que saliera al mundo. Pero estaba claro que Hirai Momo no deseaba ser salvada y Dahyun estaba convencida de que cuanto más lo intentara, más le costaría recuperarse después.

Ryujin solo necesitaba un cambio de pañal y que le dieran de comer, así que después de hacer ambas cosas, Dahyun se puso el pijama y se metió en la cama. Estaba todavía despierta cuando Momo llamó a la puerta.

—Pasa —respondió ella.

—Vendré más tarde —sugirió Momo al ver que estaba completamente despierta.

𝑨𝒇𝒕𝒆𝒓 𝑻𝒉𝒆 𝑺𝒕𝒐𝒓𝒎 / ⊱𝑫𝒂𝒉𝒎𝒐⊰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora