𝟗༂

498 57 7
                                    

━━━━✧❃✧━━━━

La misma carretera, el mismo coche, el mismo conductor y la misma pasajera. Pero esa vez no había nieve.

Momo estaba mirando por la ventanilla del coche con la esperanza de ver a Dahyun a un lado de la carretera, pero no estaba allí. Seguramente estaría encantada en su pastelería deleitando a la ciudad entera con sus creaciones.

Habían pasado dos semanas durante las cuales habían tratado de dejar de pensar en ella y en Ryujin. Claro que los continuos comentarios de Thomas sobre lo bien que le iba con el nuevo negocio no le ayudaron mucho. Por supuesto que se alegraba de que todo le estuviera saliendo bien, pero eso no hacía más que recordarle lo vacío que se había quedado la casa... y lo vacío que se había quedado también ella.

A la semana de que se marcharon, había hecho las maletas y se había ido a California con la esperanza de que eso le hiciera olvidar la agonía durante al menos unos días. Desgraciadamente, el director de Micronics, la empresa a la que le había vendido su proyecto, había insistido en llevarla a hacer turismo.

Allá donde fueron, desde el océano hasta Hollywood, todo lo que vio la hizo desear aún con más fuerza que Dahyun y Ryujin estuvieran allí con ella. Había llegado a sentir celos de los habitantes de Lima, porque ahora eran ellos los que disfrutaban de la maravillosa presencia que le había alegrado la vida a ella durante casi un mes.

Se recostó sobre el asiento de cuero del coche y sintió rabia. Echaba de menos su risa y su costumbre de discutir con ella por todo y por nada. Hasta añoraba sus interrupciones cuando subía a verla al despacho cada diez minutos. Y el recuerdo de Dahyun sobre su escritorio...

Había sido incapaz de trabajar desde aquella noche y sin embargo seguía teniendo la esperanza de que pronto conseguiría quitarse a Dahyun de la cabeza, tenía que hacerlo. Quizá cuando la viera en solo unos minutos para agradecerle su maravillosa contribución al proyecto, a lo mejor entonces se daría cuenta de que el hechizo por fin había desaparecido.

No, en realidad sabía que eso era del todo imposible. De hecho, solo con aproximarse a la pastelería el corazón empezó a latirle con una aceleración inusitada. Lo primero que vio al bajarse del coche fue un cartel en el que se rogaba silencio porque había un bebé durmiendo.

¡Dios, añoraba todo lo relacionado con ellas!

Abrió la puerta con sigilo y enseguida le llegó el delicioso aroma del chocolate y las frutas. Al otro lado del mostrador se encontraba la mujer más bella del mundo, con su pelo rubio recogido, las mejillas algo sonrojadas y un delantal blanco. Estaba atendiendo a la vieja señora Bae.

—Con esto son dos dulces de caramelo, cuatro delicias de frambuesa, siete diamantes negros y una bomba de nata, ¿correcto?

—Sí, creo que Seul y yo tendremos suficiente hasta el lunes —respondió la mujer sonriente.

—¿Cuatro días? —respondió Dahyun levantando la barbilla como si realmente estuviera calculando— No sé, no sé —siguió bromeando mientras le ponía otras dos bombas de nata. —Estas son a cuenta de la casa.

—Gracias, querida —en ese momento la señora Bae se volvió hacia la puerta y vio a Momo— No sabría decirte si es un ángel o un demonio —dijo con una risilla traviesa.

—A mí misma me cuesta saberlo —respondió Momo al tiempo que se aproximaba al mostrador.

Los ojos de Dahyun se llenaron de sorpresa.

Seguramente se preguntaba qué estaba haciendo allí, y lo cierto era que en ese momento ni siquiera ella lo grababa. Lo único que quería hacer era estrecharla entre sus brazos y darle un beso en los labios.

𝑨𝒇𝒕𝒆𝒓 𝑻𝒉𝒆 𝑺𝒕𝒐𝒓𝒎 / ⊱𝑫𝒂𝒉𝒎𝒐⊰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora